La ley 26.485 define la violencia contra las mujeres como:
"Toda conducta, acción u omisión que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, así como también su seguridad personal". Esta definición alcanza a aquellas conductas o acciones "perpetradas desde el Estado o por sus agentes".
Lo que distingue la violencia contra las mujeres en la pareja de un simple conflicto de pareja no son los dichos hirientes o los golpes, sino la asimetría de poder, el aplastamiento simbólico y la negación de la identidad de la mujer. ¿Como se expresa esta asimetría? ¿Como una mujer puede darse cuenta que está inmersa en un vínculo con estas características? ¿Porque una mujer “se queda” con alguien que la maltrata? En esta entrada intentaremos puntualizar algunas cuestiones para dar respuestas a estos interrogantes.
Como
ya hemos referido la violencia contra la mujer está en vínculo directo
con el sistema patriarcal, sus creencias y valores. Cuando se expresa
en el marco de la pareja, debe comprenderse desde este esquema
relacional de dominio-sumisión y no como una conducta esporádica
o
fortuita: tiene un objetivo y es el mantenimiento de las relaciones
de poder y la desigualdad entre varones y mujeres.
El modelo de la rueda del
poder y del control de Duluth, es un esquema teórico de mucha
utilidad para comprender el entramado de la violencia en las
relaciones de pareja. Para su elaboración se entrevistaron a sobrevivientes de la violencia doméstica en las sesiones de grupos de apoyo y a hombres en grupo de maltratadores. A ellas se les preguntó sobre como se sentían controladas, y a ellos por las tácticas que usaban para ejercer control. Si bien nosotras adherimos principalmente al modelo ecológico, creemos que este modelo es muy claro para explicitar una parte del mismo. Se parte de la premisa de que la conducta
violenta masculina no es una explosión sinsentido, sino que tiene
una finalidad: imponerse, dominar y controlar a la mujer - quien es
vista por él y por la sociedad como débil o inferior en algún sentido- negándole su
voluntad, derechos y necesidades al punto que ella misma no logra
reconocerlas.
Esta conciencia de hacia
quien se dirige la violencia, se ve reflejada en la doble fachada que
suelen tener estos varones: mientras que con su mujer tienen
actitudes violentas, en el ámbito público se manejan con una
conducta aceptable, no abusan de su jefe, de la policía o de otra
persona e incluso pueden ser excesivamente amables y simpáticos. Por
eso compartimos con quienes sostienen que la violencia machista NO
debe verse como simples estallidos de ira y pérdidas de control - si
fuera una cuestión de impulsos, lo harían en distintos ámbitos- ya
que estas creencias funcionan como justificaciones a la violencia
masculina al asociarla a algo “natural”.
Para entender este
entramado, compartimos la rueda de Duluth:
ABUSO FÍSICO: Uso
de la fuerza para causar temor y daño físico o emocional.
Ejemplos:
Tironear, zamarrear, empujar, impedir que se mueva o abandone el
lugar en el que está, dar golpes, arrojarle objetos, tapar la boca;
amenazar con dañar o usar arma de fuego, punzante o de otro tipo.
ABUSO SEXUAL:
Intentos de imponer actos sexuales contra la voluntad de la pareja en
un continuo que va desde comportamiento coercitivos hasta violación.
Ejemplos:
Descalificaciones sexuales, demanda de relaciones sexuales, forzar el
acto sexual, violación, realizar actos sexuales violentos, insertar
objetos sexuales contra su voluntad; demandar cosas que la pareja no
quiere: que vea o imite pornografía, use ropa que no quiere, posar
en fotografías realizar videos, etc. Insistir con la “obligación”
de tener relaciones sexuales y amenazar con que “sino lo puedo
hacer con vos, lo tendré que hacer en otra parte” como elemento
coercitivo. Forzar a la pareja a tener relaciones sexuales con otra
persona. Forzar o inducir a la práctica de la prostitución.
INTIMIDACIÓN:
Acciones, gestos, palabras, miradas, actitudes que buscan atemorizar
a la pareja.
Ejemplos:
Miradas de enojo, acercarse a la pareja de manera amenazante; tirar
objetos contra la pared y/o golpear paredes, puertas, etc., no
dejarle espacio para que circule libremente, gritarle; realizar actos
violentos a su alrededor; destruir objetos de la propiedad de la
pareja; maltratar animales; mostrar armas.
ABUSO
EMOCIONAL: Acciones que menoscaban y degradan a la mujer atacando su autoestima.
Ejemplos:
Descalificar las opiniones, insultar, degradar, desvalorizar.
Humillar frente a otros. Echar la culpa de la insatisfacción sexual.
Criticar constantemente. Descalificar cualquier intento por mejorar
la educación o calidad de vida de la pareja.
AISLAMIENTO Y CONTROL:
Intento de controlar lo que la pareja ve, hace, piensa y siente.
Ejemplos:
No tolerar sus amig@s, acusarl@s de
envidios@s y de querer separarl@s; poner mala cara y ser desagradable
cuando ella habla con sus familiares y amig@s;
prohibir las salidas, querer saber donde está todo el tiempo;
aparecer de improviso en el lugar de trabajo.
DESVALORIZAR, NEGAR,
CULPAR: Negar los actos violentos, restarle importancia a los
efectos de un comportamiento abusivo, hacerla sentir responsable de
una conducta abusiva.
Ejemplos: “Apenas
la toque”, “lo nuestro no es tan violento”, “nunca llegué a
pegarle”, “lo único que hice fue pegarle una trompada a la
pared”, “solo le tiré del brazo y ella exageró y se cayó a
propósito”, “ela se lo buscó”.
MANIPULAR
A TRAVÉS DE LOS NIÑ@S:
Intento de controlar a la pareja a través de los niñ@s.
Ejemplos:
Usar a los niñ@s para enviar mensajes; hacer sentir culpable a la
pareja acerca de los chic@s; usar las
visitas legales para manipularla y asediarla; mentir o denigrarla con
los niñ@s; amenazar con hacerle daño a los hij@s o con "quitárselos" judicialmente.
ABUSO
ECONÓMICO: Control de los ingresos y/o el acceso al dinero para
mantener la dependencia. También puede tomar la forma de gastar todo
el dinero familiar o anteponer siempre sus necesidades a las de la
familia.
Ejemplos:
Impedir que la pareja tenga trabajo o hacerle que entregue su
salario; sabotearle el trabajo o hacer que renuncie; vivir a expensas
ella; no permitir que sepa de las finanzas del hogar; quitarle los
ahorros.
PRIVILEGIO
MASCULINO: Actuar en base a la creencia de los privilegios
masculinos.
Ejemplos:
Tener la última palabra, asumir que es el hombre quien establece las
reglas, asumir que es él quien toma las decisiones importantes.
COERCIÓN
Y AMENAZAS: Realizar
actos con el fin de atemorizar e inducir a la pareja para que actúe
de determinada manera.
Ejemplos:
Amenazar con matarse si ella lo deja o está con otra persona,
amenazar con hacer daño a la familia, con pedir la tenencia de los
hij@s, con llevarsel@s y no traerl@s de
regreso; con dejar de pasar la cuota alimentaria si llama a la
policía; con no dejarla vivir en paz; con matarla.
Este
círculo es dinámico, por lo que todas estas estrategias de poder se
dan entrelazadas constituyendo una matriz pegajosa y oscura que hace
que la respuesta a la pregunta “¿porque ella se queda?”, sea
mucho más compleja de lo que el sentido común -y por tanto
patriarcal- responde.
Al
escuchar los relatos de las mujeres víctimas de violencia en la pareja se evidencia que en los inicios de la relación,
estos varones violentos ya tenían actitudes dirigidas a limitar la
libertad de actuación de la mujer acorde a su propio deseo. Los
celos suele ser la manifestación más visible (sospechan de
cualquier cosa, las acusan de pensar o hacer cosas que ellas ni
siquiera pensaron en hacer, les dicen que tienen “otro macho”,
las acusan de provocar a otros varones al punto de temer que los
vecinos o vendedores las saluden, etc). A medida que la relación
avanza, aumentan los conflictos y las dinámicas violentas hacia la
mujer, reproduciendo un círculo auto-perpetuado de tiempos cada vez
menores. Simultáneamente, las estrategias de poder descritas por
Duluth siguen funcionando como telón de fondo, y en su repetición
produce que la mujer interiorice la sumisión y por ende adopte la
inferioridad respecto del agresor. Menoscabada en su autoestima,
adopta como mecanismo de defensa, adaptación y sobrevivencia, la
identificación con su agresor a quien defiende y protege. Esto puede
llegar a un grado de arrasamiento que le impida registrar su propio
sufrimiento, lo que provoca que tampoco puedan ver al peligro que
están expuestas, ni sus capacidades para salir de la situación.
Es
por esto que creemos fundamental que se desnaturalicen ciertas
actitudes violentas masculinas que se regodean en mitos que los
avalan -en otra entrada hablaremos de ellos-. Y también es
fundamental, que las mujeres aprendamos a detectar los primeros
signos de violencia y los denunciemos. Más allá de que se inicie un
proceso judicial, la denuncia anuncia algo distinto, y le permite a
la mujer encontrar en ella misma la fuerza para poder salir de la
situación de violencia. Solo entendiendo los mecanismos de la
violencia y desculpabilizándose, es posible deshacerse del dominio
que las paraliza.
Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino
BIBLIOGRAFÍA:
-Hirigoyen, Marie-France (2006): Mujeres Maltratadas. Los Mecanismos de la Violencia en la Pareja. Ed. Paidós
-VV.AA (2012): Orientaciones Técnicas 2012. Modelo de Intervención. Centros de la Mujer. Chile
-VV.AA : Programa de Prevención y Asistencia en Violencia Familiar: Como reconocer a un hombre con problemas de violencia. Tigre Municipio. Secretaría de Política Sanitaria y Desarrollo Humano.
Es impresionante lo complejo que es este tema. Muchas gracias chicas por este aporte. Es muy muy muy útil, y claro. Saludos!
ResponderEliminarGracias por escribir de manera clara y puntual, es mas fácil leer y comprender. Me ayudan a entender la complejidad del fenómeno.
ResponderEliminarme parece barbaro el articulo. estube de novia con una persona que para todo el mundo es el mejor de todos, en todos los aspectos. sin embargo tras cortarme lavando culpas ha vuelto muchas veces queriendome ver , pero siempre jugando con mi tiempo para controlar que no este con otras personas. una persona con personalidad sensible como yo hace que caigamos, hasta teniendo un nivel alto de inlectualidad no sabemos como caemos y creemos en eso.
ResponderEliminarhaciendo uso de no contestar mensajes, tratandonos de locas perseguidas. esa es una forma generica de hacer violencia. ojala no sigamos cayendo en estas formas difusas de hacer violencia, son actos nfimos de perversion.
Un conjunto de violencia compleja, todo un ciclo del cual es difícil salir. Nombrar para que exista y dejar así, de naturalizar la violencia es primordial. Llevando un proceso terapéutico que nos ermita "sacar del closet y reacomodar nuestras creencias, mitos y guiones" para saber que SI nos es útil y qué ya NO lo es. Estos factores del Terrorismo Intimo/TI (nombrado así por el autor de la teoría, Michael P. Johnson 2008) pueden ocurrir en las relaciones de pareja de forma aislada (esto ya NO entra en la definición de TI) ante lo cual, tomar terapia puede ayudar a localizar la raíz de la violencia y transformar nuestras relaciones.
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