jueves, 5 de septiembre de 2013

Autofoto y el mito de Narciso en 2.0 ¿Nuevos modelos de feminidad y masculinidad?

“Internet tiene hoy la misma función 
catártica que el carnaval en el pasado.
Uno se pone una máscara 
y luego se suelta…” 

David Le Breton



Internet nos propone un desafío: poder pensar si la igualación de las personas como “usuarios con nickname” reduce las diferencias de género en ese espacio virtual de límites difusos, o si se constituyó como un nuevo lugar minado de estereotipos, pero presentados de manera diferente.

La nueva tecnología se constituye como una gran cultura simbólica que promueve nuevas formas de ver, sentir y pensar. El modo vincular se ve transformado por una nueva manera mediatizada de inter-subjetivar. ¿Qué significados de género construyen los jóvenes este nuevo paradigma tecnológico? ¿Qué nuevas identidades y subjetividades emergen de las prácticas de la red? ¿Se expresa la desigualdad y el sexismo en las redes sociales?. Si bien no podemos arribar a estas respuestas, nos proponemos en esta entrada acercarnos a algunas ideas y compartir nuestros interrogantes.

Lo primero que se nos presenta al preguntarnos sobre estos  nuevos modos de relación, es el vínculo con el/la otrx sin el cuerpo material y la emergencia de un cuerpo ideal construido desde una narrativa. ¿Que consecuencias puede tener esto? y ¿cuál es la operación psíquica que se pone en juego? Rita Segato aporta una interesante visión al respecto: esta relación sin cuerpo, forclusa la materialidad del límite y le permite hablar al sujeto como si estuviese entero, quedando él mismo entrampado en esta fantasía y actuando en consecuencia. Al no ser el cuerpo el límite, todo índice de alteridad puede ser eliminado (con un simple click). Nosotras nos preguntamos, entonces, ¿es posible la emergencia y existencia de nuevas identidades y formas de vivenciar la masculinidad y feminidad si todo es tan fácil de ser “eliminado”? Somos conscientes de que la nube abre el abanico a la prueba de múltiples identidades, pero no queremos caer en la falsa premisa de que el mayor anonimato que posibilita la red, trae aparejado la disminución de los estereotipos y desigualdades de género.

Algunas feministas vieron en el acceso internet,  una oportunidad para des-objetivizar a la mujer debido a esta ausencia del cuerpo. Sin embargo la cultura patriarcal siempre intenta colarse por alguna grieta. Estudios sociolingüísticos postulan que existe el desarrollo de un nuevo lenguaje en internet, en el que se reproducen las formas sexistas de hablar. Los textos que se producen en internet son continuadores de la estructura de género (Baron, N. S: 2004).
Esto nos hace pensar que los estereotipos de género, sin cuerpo que los contenga, pasaron a tomar materialidad en las distintas narrativas virtuales, encarnadas en palabras y fotos. La red se presenta como un lugar en el que la pulsión escópica se despliega por completo: todo puede ser mirado, todo puede ser mostrado, todo puede ser contado ¿pero es lo mismo lo que muestran varones y mujeres? Creemos que no, y postulamos que la eficacia simbólica radica en la inmediatez de lo virtual, que posibilita que los roles de género puedan presentarse con mas fuerza, menos cuestionamientos y de nuevas formas. Podemos pensar por ejemplo en la naturalización que existe por parte de chicos y chicas del riesgo de acoso sexual por medio de la red. Principalmente somos las mujeres las que, nuevamente por nuestra condición de tal, nos encontramos en riesgo frente a desconocidos o conocidos, mayores o de nuestra edad, que ostentan el derecho de enviarnos mensajes e intentar conseguir fotos y/o encuentros íntimos.
Lo interesante (y alarmante) es que la mayor conciencia de este riesgo no viene acompañado de un reconocimiento de la violencia machista, sino que es generalmente vivenciado como un riesgo “propio” de las redes sociales, siendo la respuesta a esa conducta “borrarlo” o “no aceptarlo”. Esto produce un cierre de sentido operado por la cultura patriarcal, que impide que aquello que podría quebrar el statu quo se visibilice.
Para finalizar, queremos remarcar que la naturaleza misma de la web, puede hacer que estas certezas se instalen como tales o sean cuestionadas. La fluidez, performatividad y ambivalencia  de Internet, facilita que podamos hacer de la web un nuevo espacio de creación y perpetuación de desigualdad entre varones y mujeres o que se convierta en un espacio de igualdad y de liberación (como dice la frase del inicio).

Estas son algunas ideas que esbozamos sobre la temática.  Qué contenidos se comparten, qué modelos se potencian, qué violencias se reproducen, qué estereotipos de género se perpetúan y qué nuevas realidades se construyen, son elementos que aún quedan por estudiar con mayor profundidad desde la perspectiva de género .

Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino





BIBLIOGRAFIA

-Baron, N. S. (2004). “See You Online. Gender Sigues in Collage Student Use of Instant Messaging”, enJournal of Language and Social Psycholog, pp. 397-423.
-Bernárdez, A. (2004). A la búsqueda de una habitación propia; comportamiento de género en el uso de internet y los chats en la adolescencia. Adolescencia y comportamiento de género.
-Genger Coller (2009) “Los adolescentes y el uso de internet. Guia para padres”. Universidad de Minesotta. Imbert, G (2011): La tribu informática:Identidades y máscaras en internet”, en Posmodernidad, ambivalencia y juego con los límites. Ed.Icaria:Barcelona
-Sarena, N. (2006): Los jóvenes e internet: Experiencias, representación, usos y apropiaciones de internet en los jóvenes”. Universidad Nacional de La plata, UNIrevista - Vol. 1, n° 3: (julho 2006)
-Segato, R. 2003. Las Estructuras Elementales de la Violencia. Ensayos sobre género entre la antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Prometeo Libros.
-VV.AA; Redes sociales de adolescentes. Un estudio descriptivo-comparativo.
-VV.AA; Los adolescentes y las redes sociales. Presidencia de la Nación. Ministerio de Educación Argentina.


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