Amordazar

Autor: Gabriel Sanz

Bienvenidos a De(s)generando el género.

DE(s)GENERANDO EL GÉNERO nace de la necesidad de aunar esfuerzos para lograr la Igualdad de género. El nombre no es casual, sino que se enraíza en el fin que perseguimos: degenerar los conceptos que inundan las consideraciones de género para llegar a deshacerlo, desgenerarlo, y despojarlo de todos estereotipos y mandatos que marcan “el deber ser”en función del sexo con el que nacimos. Nos definimos como feministas, porque creemos que la única forma de vivir en un mundo más justo se relaciona con la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres. Creemos que la educación e información, son la herramienta que nos permitirá vivir en la diversidad, la pluralidad y tolerancia humana. Tenemos la convicción de que esto es posible, y por eso armamos este BLOG , el cual dividimos en secciones que nos parecen de interés para quien quiera acercarse a la temática y estar actualizad@. Las sección “Reseñas”, haremos un breve análisis de distintos títulos de libros y películas que abordan la temática . En las “noticias destacadas”, exponemos los sucesos más relevantes e inauditos, con un pequeño análisis de las mismas. En la agenda, publicamos los eventos relacionados con la temática. En los links de interés, aquellos enlaces que creemos interesantes. Y en la página principal habrá una producción nuestra sobre diversos temas. Todas estas secciones, las vamos a actualizar semana a semana, ya que creemos que la Igualdad y la concientización, es un camino de todos los días.

viernes, 22 de marzo de 2013

Los medios a medias



Los medios son, para el gran público, el indicador mas poderoso
de los temas o problemas de la época” Anibal Ford

Un debate que se ha abierto en la última semana es el del rol de los medios de comunicación y especificamente las publicidades, en la reproducción de los estereotipos sexistas a través de las connotaciones invisibles de sus producciones, que fortalecen el orden social androcéntrico.

Ya en el siglo XVIII Burke hablaba del Cuarto Poder, haciendo referencia al dominio de los medios (en aquel entonces la prensa escrita) en la creación de opinión pública. En la actualidad de nuestro país, basta con ver el actual conflicto político con los medios de comunicación para tomar conciencia de la importancia que estos tienen en la construcción de opinión y creencias.

En lo que a nuestro tema respecta, el discurso que se imprime en la publicidad tiene muchas (muchísimas) veces un trasfondo androcéntrico que contribuye a perpetuar las desigualdades de género. Por la misma lógica de la industria publicitaria, para la venta de un producto se valen de ciertos estereotipos. El problema es que cuando estos marcan discriminación y desigualdad, quedan legitimadas estas conductas.

En líneas generales, pudimos ver que la imagen de la mujer es utilizada y mostrada de estas formas:

  • Como señuelo para la venta de un producto que no necesariamente tiene que ver con lo que se esta vendiendo.
  • Objetivada como objeto sexual
  • Realzando el estereotipo de mujer-madre-esposa

Aunque pareciera que muchxs no se anotician, en nuestro país existe la Ley 26.485 “Ley de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”, que reconoce a la violencia simbólica como una de las formas de discriminación contra las mujeres. En su artículo 5, la define como “La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad”. En el Artículo 6, amplia: f) Violencia mediática contra las mujeres: aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.”

Pese a esto, en los últimos días, ha circulado por las redes sociales una publicidad de Schneider con claras connotaciones sexistas:


La legitimación de esta conducta es dada por su natrualización, cuando en realidad es una clara demostración del lugar en el que son ubicados socialmente el hombre (activo, dominador) y la mujer (objeto, pasivo).
Esta empresa, ha tenido otras publicidades de igual tenor, que han sido denunciadas. En una de ellas, nuevamente la mujer es puesta en lugar de objeto, producto, regalo, mientras que las virtudes que se realzan en el hombre son las de “macho dominador y camarada”:

Axe, es otra de las empresas que se caracteriza por exhibir publicidades con fuerte contenido sexista. Tanto sus gráficas como sus publicidades de tv, siempre refieren a una mujer objeto de la cual el hombre es poseedor si usa ese producto. Esta gráfica da cuenta de eso:



A continuación dejamos un video de una publicidad, también de Axe que sin velo alguno, no solo evidencia el estereotipo femenino, sino que lo jerarquiza ridiculizándolo. Veremos lo que le pasa a un hombre, si se “baña con un jabón de mujer... y no con Axe”


Dejamos a continuación, más publicidades con contenido sexista. Lo que queríamos dejar en claro con este post, es que muchas veces esas propagandas que causan gracia y de las que “todos sabemos” que son una exageración, no dejan de tener eficacia simbólica y de ser violentas en ese plano, y por tanto, infringe derechos fundamentales.

EL SEXISMO MATA.

-Anuncio Franceé, que vulnera a las mujeres en su imagen y en su slogan: “el primer
control remoto jamás inventado” y lo vincula con un anillo de compromiso.




- ¿Que lugares de hombre y mujer demarca? Como a un objeto, ÉL le pone un Post-it



-Media Markt. España. Publicidad para la venta de Audio y TV con motivo del Mundial.
¿Habrá querido la marca mostrar que las mujeres también vemos el Mundial? Que bien, mostrar lugares alternativos para las mujeres, y no solo como meros objetos sexuales...



 -Dolce & Gabanna. ¿Violación?





-Renault. Colombia “Paula Hernández. 40 años, dos veces divorciada”. “Usados y en perfecto estado”. ¿Cuales son los valores deseados que deja entrever esta publicidad?



 - No no, no estas viendo mal. Esta publicidad existió en el 2001, realizada por un fabricante de monopatines de Barcelona




-Nadie mejor que ella, para graficar el lugar de la mujer en la publicidad (y por ende, en muchos espacios de la vida cotidiana)



Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino





sábado, 16 de marzo de 2013

Día internacional de LA MUJER O DE LAS MUJERES? Reflexiones sobre el uso del lenguaje.

¿El lenguaje es sexista y androcéntrico?

Tal y como considera la lingüista española Eulalia Lledó “el lenguaje no es sexista en si mismo, sí lo es su utilización. Si se utiliza correctamente también  puede contribuir a la igualdad y a la visibilización de la mujer”.

Antes de definir a que nos referimos con lenguaje androcéntrico y sexista, debemos tener presente que los seres humanos vivimos en el lenguaje, y accedemos a las cosas del mundo por medio de él; conforma nuestra manera de ver la realidad, y establece espacios de existencia e inexistencia: aquello que no se nombra, no existe.

El lenguaje no es independiente de la sociedad que lo produce, regula y transmite. Sabiendo que el patriarcado ha sido la ideología imperante a lo largo de la historia, no es casual que el uso del lenguaje, emane una visión androcéntrica del mundo  produciendo y reproduciendo la desigualdad entre hombres y mujeres. La palabra “Androcentrismo” deriva de griego “aner, andros” que significa “hombre, varón” y del latin “centrum” que a su vez proviene del griego “kentron” y que indican “el centro de algo”. De esta manera, el lenguaje androcéntrico refiere al uso que le damos, considerando solo la mitad de la humanidad: los hombres. De aquí se desprende, que la universalidad del lenguaje caracterizado por el género masculino, es en realidad ficticio y tiene consecuencias. Si al nombrar al conjunto de seres humanos, utilizamos el genérico masculino, estamos invisibilizando a las mujeres, ya que como hemos dicho al inicio, aquello que no se nombra, no existe.

Esto que para muchas personas puede ser una exageración, basta ejemplificar con la conocida declaración de derechos de la Revolución Francesa. En aquel entonces, mujeres y hombres lucharon codo a codo por la ampliación de sus derechos, de lo que resultó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Este documento, tenía un claro sesgo de género ya que sólo hacía referencia a los hombres, y no a mujeres. Así fue como Olympe de Gouges, redacta como manifestación de esto, la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.

De todas maneras, no es necesario irnos tan lejos. En la actualidad abundan los ejemplos: frases como “usuarios registrados” (¿no podemos las mujeres registrarnos?), “los ciudadanos de la República Argentina” (¿Y las ciudadanas?), “los profesores”, “los responsables”, dan cuenta del uso androcéntrico del lenguaje.

Y volvemos a repetir: esto es importante, porque el lenguaje construye posiciona y habilita espacios; y para lograr la igualdad entre los sexos es necesario usar el lenguaje de manera tal que represente a hombres y mujeres y los dote de realidad simbólica e igualdad efectiva.

En nuestra opinión, y a propósito del título, otro uso del lenguaje que sirve a los fines del patriarcado, es englobar bajo el término “la mujer” al conjunto “mujeres”. ¿No estamos reduciendo nuestra heterogeneidad y diversidad?. ¿Existe un algo “esencialmente” femenino o masculino? Creemos que la apuesta está justamente en aceptar la diversidad y pensarnos en tanto personas.

Judith Butler en su célebre libro “El género en Disputa”, abre muchos interrogantes al respecto. Uno de los cuestionamientos que allí realiza y que tomaremos en este artículo, es su crítica a la esencialización del sujeto del feminismo, que conlleva la exclusión de otras identidades que no son representadas por las características que este supone.

Según la autora, la categoría “mujer” (como universal)  tiene dos riesgos: da cuenta de la situación de opresión de todas las mujeres invisibilizando las especificidades de la dominación en los distintos contextos culturales, y además supone que todas viven de la misma forma el “ser mujer” y lo aceptan. Desde este punto de vista, es que creemos que por ejemplo, los 8 de Marzo tendríamos que renombrarlo como el “Día Internacional de LAS MUJERES”.

En este caso, el (¿mal?) uso del lenguaje nos muestra nuevamente como se reproducen ciertas realidades (e invisibilizamos otras) en nuestros actos de habla. Para lograr la tan preciada igualdad entre hombres y mujeres, es necesario comprender que la representación de las mujeres en el lenguaje, no es un capricho de forma, sino una cuestión de fondo.

Compartimos con uds. este pasaje del libro “Alicia a través del espejo” de Lewis Carroll (el cual recomendamos leer) que representa de manera simple y clara la intencionalidad subyacente del lenguaje:

– Cuando yo empleo una palabra -insistió Dumpty en tono desdeñoso- significa lo que  yo quiero que signifique. Ni más ni menos.
– La cuestión está en saber -repuso Alicia- si usted puede conseguir que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
– La cuestión está en saber -replicó Dumpty- quien manda aquí. Eso es todo.



Finalizando...

Existen más usos sexistas y androcéntricos del lenguaje. Algunos son:
  • El salto semántico: Usar el masculino como genérico y más adelante en el mismo contexto, usarlo como específico.
  • Al enumerar personas, no respetar el orden alfabético o de jerarquía profesional, priorizando a las personas del sexo masculino.
  • Utilizar asimetrías en el tratamiento de dos personas de distinto sexos: El Sr. Gomez y la Srita. Fernandez.
  • Utilizar el sustantivo “mujer” acompañado de otra cualidad que redunda en su condición sexuada:  “El 51% de los médicos son mujeres”, en vez de “el 51% son médicas”. O “Las mujeres trabajadoras” en vez de “las trabajadoras”.

Hoy en día existen muchas herramientas que nos ayudan a entrenarnos en el uso de lenguaje no sexista. Nuestra lengua es muy rica y nos permite usar palabras neutras, genéricas y giros lingüísticos que producen un lenguaje inclusivo y no discriminatorio. En nuestra sección de “documentos interesantes”, pusimos algunos de ellos, junto con un enlace para descargar el Corrector de Lenguaje Sexista Para la Igualdad de Hombres y Mujeres para Word (no sirve para Office Libre).


Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino

jueves, 7 de marzo de 2013

8 de marzo. Día Internacional de la Mujer


Si viviéramos en una sociedad igualitaria, no tendría sentido hacer referencia al día de hoy: no existiría un Día Internacional de la Mujer, porque no habría necesidad de visibilizar a este 50% de la población. ¿Pero que paso un 8 de Marzo? ¿En que año?  ¿Cuál fue el lugar de las mujeres en la historia? ¿Cual era el panorama socio-histórico en ese entonces?. En este post, haremos un recorrido por las relaciones de género en distintos períodos históricos, hasta llegar al 8 de Marzo de 1975.

Desde tiempos inmemoriales, quienes han construido la historia, es decir, los hombres, nos han transmitido y enseñado, nos han educado en ciencia y religión, sobre la base de la inferioridad femenina, no porque seamos inferiores, sino porque los dadores de valor, infravaloraron el papel otorgado a la mujer. La sexualidad, la política, la religión y la familia son espacios que la mujer no ha podido transitar libremente.

Naturalización de las relaciones sexuales: Parece ser una constante que cuando una sociedad vive en sexo de manera natural, las mujeres suelen tener más libertad. Pero cuando es considera como malo, o como pecado, se le acusa a la mujer ser la provocadora del mismo, y por lo tanto, la causante de un mal. Esta tesis de la relación de vivir el sexo como algo natural y la consecuente libertad y mejor posicionamiento femenino se puede observar en la cultura Sumeria (antes de ser invadidos por acadios, babilonios y semitas) y también en Esparta. Y es por ello que se observa que cuando el sexo es pecado, se le exige a la mujer una frigidez en las relaciones sexuales hasta con su propio esposo (al que siempre está sometida), para que cumpla adecuadamente con su rol de género, como por ejemplo la mujer romana que debía de seguir el ejemplo de la Casta Lucrecia, ya que ese era el rol de género elaborado por los hombres romanos de la época (final de la monarquía).

Mujer con poder: administración de bienes, herederas. Las guerras prolongadas representaron para la mujer un avance en  su situación y rol social. Cuando se sucedieron las largas guerras de la civilización romana (en el crecimiento de la República,  en la expansión imperial y en la edad media durante las cruzadas -guerra santa- europeas) ante la ausencia masculina, las mujeres empezaron a administrar los bienes del matrimonio, a heredar grandes sumas de sus padres y a poder disponer de ellas. Incluso también, en esta época se habla de una tendencia  a la infidelidad, al adulterio, que no es un dato menor en la historia de la autonomía femenina. Por supuesto que antes cada paso que podía dar una mujer, las normas patriarcales eran reelaboradas para sustraerles cualquier tipo de poder y libertad de acción. Por citar un ejemplo, en la República Romana, la ley Vasconia les impedía heredar a las mujeres, o en el  imperio romano (s. XXXI aC. –V dC) cuando el emperador Cesar Augusto dicta las leyes Julia Adulteris, Julia de Maritandi Ordinibus con el fundamento de proteger a la institución familiar y recuperar los valores tradicionales, que se veían amenazados por la creciente libertad femenina y la ausencia masculina.

Mujer y su participación en los rituales religiosos de la comunidad: Una parte vital de la comunidad son los ritos religiosos. A lo largo de esta historia de las relaciones de género pudimos observar que cuando a una mujer se la deja participar de los mismos, su situación social se acerca más a la igualdad que en ninguna otra. Tengamos en cuenta que durante mucho tiempo la segregación religiosa llegó hasta el límite de no dejar entrar a los templos a las mujeres o tocar elementos sagrados. Pero en la civilización sumeria no sólo había divinidades femeninas, sino que también tenían un principio femenino de la creación (Nammu como gran diosa madre creadora del universo y contenedora de los mundos; Innana, diosa por excelencia de la cultura sumeria) y las mujeres eran sacerdotisas, prostitutas sagradas –semidiosas- que vivían en los templos. Es importante resaltar que la cultura semita que absorbió la mitología sumeria la reelaboró de manera patriarcal, negándole a la mujer cualquier lugar.
La alta Edad Media, es otro período donde las mujeres pudimos tener cierta presencia religiosa. Si un hombre casado decidía convertirse en sacerdote, su esposa podía asumir el rol de Abadesa de convento mixto o diaconisa, presbítera u “obispa” (así llamadas a las esposas castas de los conversos sacerdotes que se dedicaban a ayudarlos). Es importante destacar que esta situación parte de una decisión tomada por el hombre que las afectaba inevitablemente, no era una decisión libre de ellas; aun así consiguieron cierto poder. Por supuesto que la Cúpula de la Iglesia no tardó en prohibir los conventos dúplices y así, cualquier autoridad religiosa que pudiera tener una mujer sobre cualquier hombre religioso. Y no sólo las despojó de este poder, sino que a  estas esposas se las recluyó forzadamente en conventos.

El matrimonio como una institución de dominación del hombre para con la mujer. Quizá este sea el tema más álgido de toda la historia de las relaciones de género. El matrimonio siempre fue funcional a la supremacía masculina sobre la mujer. Las exigencias de virginidad, castidad, la desigual penalización del adulterio, la demonización del placer en las relaciones sexuales entre esposos, la naturalización de los malos tratos y la violencia física, fueron todos componentes del matrimonio que se mantuvieron estables a lo largo del tiempo, en las distintas culturas y en las distintas épocas.
La mujer podía ser de dos maneras, o bien casta y casi frígida, siendo esto lo ideal (ya que se creía que así se prevenía el adulterio) o bien prostituta y deshonrosa. La mujer era casada –ya que no elegía libremente con quien- desde muy pequeña (por ejemplo en Grecia a partir de los 14 años, en Roma a partir de los 9) para evitar que llegaran al matrimonio con experiencia alguna (a diferencia de las Espartanas que se casaban después de los 24 años). Su rol de género en general, fue el doméstico, de crianza de los hijos y de cuidado del hogar. Es palpable la diferencia entre hombres y mujeres: éstas solían casarse cuando llegaban a la pubertad, mientras que los hombres lo hacían ya en una edad madura para la esperanza de vida de la época, en torno a los treinta años, a lo largo de casi toda la historia.
Durante casi todo el imperio romano existió el derecho a divorciarse. Primero como un derecho privativo de los hombres (que podían alegar magia, infidelidad o fabricación extra de llaves del hogar), pero en la República se extendió el derecho a la mujer (quien obviamente lo perdía todo al divorciarse: casa, hijos); pero cuando Luis el Piadoso asume el mando del Imperio, cede ante las presiones de la Iglesia Católica que había legitimado el gobierno de su padre, Carlomagno, y abole el mismo. Esta prohibición del divorcio vuelve a significar para las mujeres, un sometimiento extremo a la voluntad del marido, ya que no tiene elección.
Fue una constante en la historia de las relaciones de género que las mujeres no tuvieran autoridad alguna, y los hijos fueron considerados durante mucho tiempo como propiedad del padre (siguiendo la doctrina aristotélica). Y por supuesto, aunque la exigencia del matrimonio monogámico se aplicaba a ambos componentes del matrimonio, al hombre se le permitió durante mucho tiempo poseer concubinas, a la mujer no.
La condición jurídica de la esposa desde el principio de la historia hasta a la edad media (siempre dentro de nuestro recorrido, y exceptuando a la mujer espartana) se equiparaba a la de una menor. Toda su vida, debía permanecer bajo la autoridad de un tutor: primero su padre, luego su marido, bajo la tutela de su hijo si era viuda o su más próximo pariente. Los matrimonios no eran fruto de una relación privada hombre-mujer, sino una transacción masculina, un contrato entre el padre de la novia y su futuro marido.
La institución de la dote fue muy importante en el periodo estudiado, y se consideraba el aporte de la mujer a la sociedad conyugal. Consistió generalmente y en todas las épocas en dinero, cuyo usufructo administraba el marido.  El padre entregaba a la hija junto con una dote, y ésta pasaba de la casa paterna a la casa del marido, propiciando con ello el orden ciudadano: la herencia y los hijos legítimos.

Mujer y la actividad pública: No debería llamarnos la atención que en este recorrido histórico que se inicia en la prehistoria, y hasta el fin de la edad media, el hombre siempre estuvo relacionado con lo público y con su rol de productor, y la mujer estuvo recluida a lo doméstico y a su rol de reproductora.  Ni siquiera la mujer espartana, que sabemos que tuvo un estatus que no fue reproducido por ninguna otra cultura en el periodo referido, tuvo mejor suerte al respecto. Las mujeres espartanas  tampoco podían participar de los órganos de gobierno, ni acceder a cargos públicos ni intervenir en reuniones de los hombres, ni en el ejército. Así la mujer, no solo fue relegada del ámbito público, sino que fue recluida al ámbito privado, doméstico: responsable única del hogar y de los niños.

La Revolución Francesa va a ser un punto nodal en la historia de las mujeres, ya que la gran actividad que estas tuvieron fue inversamente proporcional a los logros conseguidos. La Ilustración fue un movimiento del siglo XVIII en el cual “la razón” fue la protagonista absoluta del progreso humano. Sin embargo, a pesar de que todos los humanos poseemos del don de pensar, grandes ilustrados de este movimiento siguieron excluyendo a la mujer de la democracia, de lo público y legitimaron el patriarcado, como Hobbes, Locke y Rousseau. Del otro lado, hubo autores como François Poulin de la Barre entendió que el “espíritu de la razón no tiene sexo”, o como el Marqués de Condorcet quien escribió sobre la admisión de las mujeres en el derecho a la ciudadanía, como contestación a la ley electoral de 1790.

La Revolución Francesa ilusionó a las mujeres, quienes fueron una parte vital de la misma y participaron activamente en ella. Ante esta perspectiva, las mujeres empezaron a demandar más presencia en la vida pública. Ilustradas y aristocráticas,  usan sus influencias políticas, adquiridas en gran parte por la existencia de “Salones Literarios” que anfitriaban y a los que asistían grandes pensadores y gente poderosa de la época, pero aún asi se las excluyó: en 1790 se redacta la ley electoral que las discriminó. Un movimiento racionalista es condición sine qua non para la ampliación de derechos de las mujeres y la redefinición de las relaciones de género, pero no es condición suficiente per se. Los ilustrados no niegan que quienes hagan uso de la razón tengan derechos, lo que niegan es que la mujer tenga capacidad de razonar.
Las adversidades y las características particulares de esta época en Francia hizo que algunas mujeres reaccionaran: Olimpia de Gouges (escribe en 1791 la “Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana”), Théroigne de Méricourt, Claire Lacombe entre otras declaradas revolucionarias y feministas , y por ello han debido pagar el precio.

A finales del Siglo XIX y principio del XX, tras años de invisibilización y sujeción,  el feminismo empieza a emerger.  En 1900 en París ya se reclamaba en derecho al voto femenino, aunque antes en 1848, cuando se produce en Estados Unidos la  Declaración de Séneca Falls, las mujeres empiezan a luchar por una verdadera democracia que las incluya. La lucha por el voto femenino fue larga y el reconocimiento de la mujer como igual costó, pero el reclamo conjunto en distintas partes del mundo (París, Londres, Washington, etc.), posibilitó un gran avance:  antes de la primera Guerra Mundial solo podían votar las mujeres en Nueva Zelanda (1893), Australia (1902), Finlandia(1906), Noruega (1913) y Dinamarca (1908, solo las mayores de 25 años que pagaran impuestos); para 1923 ya eran 25 los países que tenían igualdad de sufragio.

Este entrecruzamiento entre la I Guerra Mundial, la lucha por el sufragio y la Revolución Rusa, son el contexto que atraviesa la emergencia del 8 de Marzo. Con una fuerte presencia de la Liga Nacional de Mujeres Sindicalistas (fundada en 1903), un día como hoy, de 1908, las mujeres del Partido Socialista Norteamericano instauran unas jornadas de reflexión llamadas “Woman´s Day”, con el objetivo de hacer propaganda a favor del sufragio femenino, de los derechos laborales de las mujeres y contra la esclavitud sexual.
Un año después, en Nueva York, el Comité Nacional del Partido Socialista Norteamericano, recomienda instaurar el último domingo de febrero día de la lucha en favor del sufragio femenino, bajo el nombre de Woman´s Day. En 1910, en Dinamarca, se realiza Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de carácter internacional y se propone “El Día de la Mujer”, en homenaje a las mujeres norteamericanas que proclaman los derechos de la mujer.
A partir de aquí, el día de la mujer queda instaurado de manera “informal”, pero con gran presencia en distintas partes del mundo. Con una expansión cada vez mayor, y frente a la caída de gobiernos totalitarios que en general reprimían estas manifestaciones, en 1975 La Asamblea General de las Naciones Unidas, establece formalmente el 8 de Marzo, como día Internacional de la Mujer. Y es eso lo que estamos conmemorando este día, un día para reflexionar el rol que tuvo y tiene la mujer en la historia, y la necesidad de que la igualdad entre mujeres y hombres deje de ser una consigna bonita y pase a ser una realidad efectiva.
Para despedirnos les recomendamos un video que pueden ver en el siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=ZFSknVsXF68 que ilustra un poco los avatares del día 8 de marzo con claridad y sencillez.
Hasta la victoria siempre!


Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino

viernes, 1 de marzo de 2013

Bienvenidos!

¡Bienvenidos a DE(s)GENERANDO EL GÉNERO!, una propuesta que hacemos en busca de un camino hacia la igualdad. El nombre lo elegimos para mostrar qué es lo que queremos hacer con este blog: por un lado degenerar los conceptos que inundan las consideraciones de género para llegar a deshacerlo, desgenerarlo, ya que el ideal de una sociedad igualitaria se basa en que no haya normatividad que nos indique las expectativas a cumplir en función del sexo con el que nacimos.
Sabemos que hoy en día está muy en boga hablar sobre violencia de género, y al menos tres veces por semana en los diarios aparecen noticias sobre esta temática, pero nosotras notamos que hay mucha confusión al respecto. Se mezcla la violencia familiar con la doméstica y a todo se llama violencia de género, se invisibilizan responsables en los titulares, y muchas personas en la calle siguen pensando que no deberíamos meternos en lo que pasa dentro de cualquier hogar. En lo que van del año, a este 1º de marzo, 21 feminicios han sucedido en Argentina, y estos datos surgen de los femicidios que publican diferentes diarios...imaginense aquellos que los diarios deciden no publicar! Pues bien, la violencia de género dejó de ser una cuestión privada, para transformarse en una situación de interés público. La vulneración de los derechos humanos de las mujeres nos concierne a todos.

Por todo ello y para todo ello, hay tres conceptos que necesitamos definir para empezar: Género, Patriarcado y Feminismo.

A nosotras nos gusta mucho la definición de género que da ENRIQUETA CHICANO JÁVEGA (2004) por su claridad, “el género se define como un conjunto de creencias rasgos personales, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que diferencian a hombres y mujeres a través de un proceso histórico que se desarrolla a diferentes niveles, tales como el Estado, el mercado de trabajo, las escuelas, los medios de comunicación, la ley y a través de las relaciones interpersonales. En segundo lugar este proceso supone la jerarquización de estos rasgos y actividades, de tal modo que los que se definen como masculino se les atribuye mayor valor”.
El Patriarcado es un sistema que se basa en la jerarquización de los géneros y que pone al ser hombre por encima del ser mujer, tal como lo define Alda Facio (1999): "la ideología y estructuras institucionales que mantienen la opresión de las mujeres. Es un sistema que se origina en la familia dominada por el padre, estructura reproducida en todo el orden social y mantenida por el conjunto de instituciones de la sociedad política y civil, orientadas hacia la promoción del consenso en torno a un orden social, económico, cultural, religioso y político, que determinan que el grupo, casta o clase compuesto por mujeres, siempre este subordinado al grupo, casta o clase compuesto por hombres".

La Real Academia Española define al feminismo como “movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres” (http://lema.rae.es/drae/?val=feminismo).

Estos tres conceptos que definimos son la base  para comprender los estudios de género. Es necesario aprehender que el sistema patriarcal define rigurosamente los roles de género para hombres y mujeres, y castigan severamente a quienes se atreven a transgredir el rol impuesto. Y nosotras queremos transgredirlos, queremos ser parte de un mundo en que existan diferentes forma de ser mujeres, y diferentes formas de ser hombres.

Además nos definimos como feministas, porque creemos que la única forma de vivir en un mundo más justo se relaciona con la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres, a través de la educación, la desestereotipación de los géneros,  la diversidad y  la pluralidad, como  situaciones posibilitan enriquecernos como personas.

Esta búsqueda dio origen al blog. El deseo de que no quede solo en una búsqueda, es la razón por la que inauguramos este nuevo desafío: utilizar las redes para aportar nuestro grano de arena en esta incesante lucha. Nosotras hablaremos de las mujeres, intentaremos aportar nuestro grano de arena para visibilizar sus derechos, la violencia que sufren, su papel en la historia, su presencia en el arte, y todo aquello que nos posicione de hecho a la par. Están invitados a sumarse a este desafío, y a aportar todo aquello que sirva para lograr que la igualdad entre mujeres y hombres sea una realidad, además de ser una consigna políticamente correcta. Nuevamente, bienvenidos!