Amordazar

Autor: Gabriel Sanz

Bienvenidos a De(s)generando el género.

DE(s)GENERANDO EL GÉNERO nace de la necesidad de aunar esfuerzos para lograr la Igualdad de género. El nombre no es casual, sino que se enraíza en el fin que perseguimos: degenerar los conceptos que inundan las consideraciones de género para llegar a deshacerlo, desgenerarlo, y despojarlo de todos estereotipos y mandatos que marcan “el deber ser”en función del sexo con el que nacimos. Nos definimos como feministas, porque creemos que la única forma de vivir en un mundo más justo se relaciona con la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres. Creemos que la educación e información, son la herramienta que nos permitirá vivir en la diversidad, la pluralidad y tolerancia humana. Tenemos la convicción de que esto es posible, y por eso armamos este BLOG , el cual dividimos en secciones que nos parecen de interés para quien quiera acercarse a la temática y estar actualizad@. Las sección “Reseñas”, haremos un breve análisis de distintos títulos de libros y películas que abordan la temática . En las “noticias destacadas”, exponemos los sucesos más relevantes e inauditos, con un pequeño análisis de las mismas. En la agenda, publicamos los eventos relacionados con la temática. En los links de interés, aquellos enlaces que creemos interesantes. Y en la página principal habrá una producción nuestra sobre diversos temas. Todas estas secciones, las vamos a actualizar semana a semana, ya que creemos que la Igualdad y la concientización, es un camino de todos los días.

lunes, 17 de octubre de 2016

Chongos ¿para qué?

Compartimos la reflexión de las siguientes compañeras, a propósito del último ENM

Por: L. Barale, M. Borgognone, B. Burga (Licenciadas en Psicología), C. Dalla Cía, D. Dzienciol, L. Martinez (Licenciadas en Trabajo Social).
Yo no me decido si esta bien o mal que los varones vengan al Encuentro. A ver convénzanme...”
Dijo Yanina en una charla entre pasillos de uno de los talleres del 31° Encuentro Nacional de Mujeres realizado en la Ciudad de Rosario.
Nosotras - que llevamos un par encima - ensayamos algunas respuestas.
Eso fue antes de que “pase” la represión.

1 El encuentro
Nace como lugar de encuentro entre mujeres que se hacían preguntas, que buscaban soluciones y que exigían respuestas. Y que con ello interpelaban a la sociedad y al Estado. Que ponían en juego sus cuerpos y afectos, sus ideologías y modos de ser y estar en el mundo. Y, sobre todo, sus ganas de deconstruirlos.
Empezaron siendo pocas. Iban de a cientos. De a miles. En el 96 ya eran unas 15 mil. Del 2010 en adelante empezamos a sumarnos de a 10 mil. Y cada vez fuimos más las que estábamos dispuestas a ponernos en juego, a atravesar y ser atravesadas por la(s) experiencia(s) del Encuentro. En cada uno de ellos la pregunta que hizo Yanina resonó de diferentes modos y halló otras respuestas.

2 El cuerpo
Nuestro cuerpo es otro. Diferente al de los varones.
Sus modos de afectación y de circular son otros.
Nuestro cuerpo es un territorio de disputa.
Es político.
Nuestro cuerpo se construyó en límites. En circunscripciones: a la casa. A la cría. Al macho (*). Al cuarto que nunca fue propio.
Nuestro cuerpo tuvo que romper cadenas para volverse otro.
Tuvo que salir. Que Gritar.
Mostrarse. Juntarse. Encontrarse. Solidarizarse. Potenciarse.
¿Y el de ellos?

3 La voz y la mirada
En esos encuentros aprendimos a dialogar, a disputar, a negociar.
A hacer de nuestros malestares, angustias y alegrías -guardadas en espacios íntimos y privados- un espacio común.
A construir nuestras propias narraciones.
Desde nuestra mirada.
Con nuestra voz.
Con la perfo. Con las fotos. Con los tetazos. Con los besazos. Con los cuerpos intervenidos de consignas y reivindicaciones. Con manifiestos y manifestándonos.
Nosotras nos narramos.
Nosotras nos hablamos.
Nosotras nos miramos.
Nosotras nos habitamos.

4 El espacio
Una comunidad. Un aquelarre.
Una cofradía. Que nada tiene que ver con la cofradía en la que se criaron los machos y con la que aprendieron a serlo. Ser macho es serlo en función de un otro del que defenderse, al que se le teme y al que hay que hacerle la guerra, con el que competir y al que vencer.
La nuestra está hecha de alteridades. La nuestra celebra la diferencia. No le teme. La vuelve una fiesta, un territorio o rizoma.

5 La orga
Ellos nos ayudan a llevar las banderas”
Podemos llevarlas solas. Entre nosotras. No hace falta que vengan a eso.
Nos dan seguridad”
¿Seguridad?
Ellos tienen otros enemigos.
Y nosotras sí, claro que tenemos que cuidarnos y estar preparadas.
A la violencia machista, autodefensa feminista.
Pero no es de la misma manera.
Nos cocinan y cuidan los pibes”
En el patriarcado está naturalizado que nosotras nos ocupemos de todas las tareas- propias del cuidado y del ámbito doméstico- para que ellos vayan y circulen en el espacio público.
Se ocupan por dos días de aquello que en nosotras está históricamente legitimado que hagamos.
Y si tan necesario fuera podrían hacerlo sin necesidad alguna de ser parte de nuestros espacios.
Se puede construir con los compañeros varones durante todo el año, pero estos son tres días de encuentro feminista entre mujeres.

Antes de que “pase” la represión.
En el encuentro pasaron muchas cosas. Pasaron los 69 talleres en los que discutimos sobre política y modos de organizarnos, de economía y cultura, sobre nuestros cuerpos y nuestras sexualidades, sobre el aborto, sobre la feminización de la pobreza.
Pasaron las actividades culturales, las mesas debates, las perfo, la música y las fiestas.
Pasamos nosotras y nuestras pasiones: lloramos, nos reímos, nos enojamos, nos peleamos, negociamos, nos enamoramos.
Y pasó la marcha. Más de 80 mil mujeres desplazándose, circulando en ese espacio público del que nos relegaron.
Todas una. En tetas. Pintadas. Grafiteando. Gritando. Cantando colectivamente. Invitando a las mujeres que se asomaban desde algún balcón: “Mujer, escucha, únete a la lucha”.
Un sólo cuerpo. De blancas, de negras villeras, de gordas, de tortas, de travas, de trans, de migrantes.
Un cuerpo político irrumpido por ellos, los varones presentes. Circulando “pasivamente”.

La iglesia, la policía, ellos. Y Nosotras
En la marcha se llega a la iglesia.
La iglesia y sus mandatos al servicio de la heteronormatividad.
Su yugo de la maternidad obligatoria, de la mujer sumisa y devota, de la sexualidad a los fines de la reproducción.
Se llega hasta cada una de las iglesias y catedrales para repudiar a la iglesia católica apostólica romana, no como credo sino como institución patriarcal, y como tal enemiga de nuestros derechos. Para repudiar al Estado que la banca, y no sólo ideológicamente sino con asignación presupuestaria. Y para repudiar también a la policía que protege a los que nos matan, a los que nos golpean, a los que nos violan.
Y al llegar se despliegan imágenes. Imágenes que hablan.
La cantidad de policías. Los Varones. Periodistas (también hombres). Una especie de plástico y las vallas que protegen a la iglesia. A los fieles y a los polis. La iglesia plastificada. La fuerza represora protegida y agazapada: no están porque no se ven.
Pero si están.
Están esperando que algo, cualquier cosa: una botella, una piedra, un palo les dé la excusa para justificar la represión.
Y otra foto. Otra imagen. Que después sale en los diarios.
Contada por ellos.
Y entonces... ¿por qué la represión?
Y ensayamos también otra respuesta, que nos llevó a otras reflexiones. Que tienen que ver con los argumentos que intentamos frente a la pregunta de Yanina.
Con la iglesia, con la policía y los varones.
Esa tríada que históricamente nos reprimió.
Pensamos otra vez en ellos.
Que no se bancan no ser protagonistas.
No poder serlo.
Pensamos en sus modos de interpelar y de poner el cuerpo. Modos que responden a las micropolíticas del macho. Que nada tienen que ver con las nuestras.
Evitemos que se nos metan en nuestro (s) cuerpo (s), que se encarnen en nuestras ideas.

Cada año son más- aunque por ahora sean “pocos”- los varones que de un modo “pasivo”, subrepticio, solapado, “participan” del Encuentro.
Son ellos tomando ese espacio que tanto nos costó ocupar.
Para 'bancar' nuestra lucha.
Pero no hace falta. No durante el encuentro. No de ese modo. Nosotras ya luchamos solas. Llevamos muchísimos años haciéndolo y 31 encuentros visibilizándolo.
Armen o participen de sus propios espacios.
No hablen por nuestros derechos ni hagan suyas nuestras reivindicaciones.
Denuncien y renuncien a sus privilegios.
Eso nos es suficiente.

(*) Nos referimos al macho en referencia al varón patriarcal.
Y cuando hablamos de varones lo hacemos en referencia a varones cisgénero.



viernes, 14 de octubre de 2016

PARO NACIONAL DE MUJERES








 Esta fotografía pertenece a la performance de una artista feminista guatemalteca, Regina José Galindo, de la serie "No perdemos nada con nacer" en donde la artista explica: "Metida en una bolsa de plástico transparente, como un despojo humano soy colocada en el basurero municipal de Guatemala" [1]. Esta performance del año 2000 nos interpela muy profundamente en la actudalidad, porque en Argentina nos están matando, y nos están obligando a reclamar que "vivas nos queremos".

El femicidio de Lucía Ríos en Mar del Plata, mientras 70.000 mujeres marcahaban juntas en Rosario, y el cuerpo de una mujer encontrado en La Matanza, se suman a una lista infinita de mujeres que aparecen muertas, violadas, vejadas, golpeadas, insultadas, mutiladas, acosadas... Como no existen estadísticas serias, no sabemos si la violencia contra nosotras se está recrudeciendo o es que los medios masivos de comunicación -cómplices en cimentar la violencia simbólica contra nosotras-  decidieron mostrarla más, pero lo que si sabemos es que las violencias contra las mujeres llegó a límites intolerables.

Hay si, una diferencia con la situación hace unos años atrás. Cuando una mujer era asesinada por razones de género, por misoginia, cuando era humillada, mutilada, vejada, los medios de comunicación la presentaban como una mujer muy particular y eso tenía efecto en el colectivo de mujeres. La presentación de esas mujeres como culpables de su propia muerte lograba que algunas (muchas) mujeres no se identificaran con la mujer víctima, porque se resaltaban los detalles que nos alejaban de ella: que no nos vestimos igual, que no andamos por los mismos lugares, que no nos relacionamos con la misma gente, en fin...que no somos ella.

Hoy la situación es diferente: el femicidio de Lucía Perez nos duele en el cuerpo, no sólo por sororidad, sino porque TODAS SOMOS ELLA. No sólo sabemos que ninguna está exenta de la violencia machista, sino que si tocan a una, nos tocan a todas. Hoy más que nunca entendemos que a los agresores les da miedo nuestra libertad -no es casualidad que también durante el Encuentro Nacional de Mujeres en 2015 en Mar del Plata asesinaron a más de 5 mujeres en una semana-. Pero, como es tradición dentro de los movimientos feministas, no estamos dispuestas nosotras a temerle a nuestra libertad. Porque hoy, aunque no nos conozcamos, aunque militamos en distintos partidos políticos, aunque vivamos en distintas ciudades, estamos organizadas. Y simplemente no vamos a permitir que nos arrebaten lo que tanta lucha costó conseguir: el derecho a ser quienes queramos, el derecho a circular por el ámbito de lo público, el derecho a encontrarnos y amarnos.

Y quienes no lo entiendan, tomen nota: la nuestra no es una demanda exagerada: nos matan jóvenes, viejas, de mediana edad, nos matan por salir afuera y nos mata nuestro marido dentro de casa, nos matan por negarnos a tener sexo y nos matan por tener demasiado sexo, nos matan por viajar "solas" y nos mata nuestro acompañante, nos matan si denunciamos y si no denunciamos, nos matan si escapamos y si nos quedamos, nos matan por odio (y no "por amor" como algunas canciones misóginas nos quieren hacer creer) en definitiva: nos matan  por desobedecer, una de las virtudes más lindas que me enseñaron otras mujeres. Pues aquí seguiremos, desobedienciendo. 

El miércoles día 19 de octubre está convocado el primer paro nacional de mujeres. Para reflexionar, para demandar y para marchar. Nos vemos en las calles.



¡VIVAS NOS QUEREMOS!

Julieta Evangelina Cano



[1] Pueden recorrer la obra de la artista en su página web: http://www.reginajosegalindo.com/