Este post está dedicado a un concepto que viene desarrollando el médico forense Miguel Lorente Acosta, quien fuera Delegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ministerio de Igualdad español durante del gobierno del Partido Socialista. El concepto al que nos referimos, y que él desarrolla en conferencias, producciones y en su blog Autopsia, que lxs invitamos a recorrer, es el de posmachismo, cuya finalidad principal es “confundir y generar rechazos diciendo que lo que se pretende desde la Igualdad es atacar a los hombres y a todo lo que los rodee”.
Lorente Acosta lo define como “una de las últimas trampas que la cultura patriarcal ha puesto en práctica” y lo que busca es mantener el stau quo de la desigualdad entre los géneros, pero con argumentos que se pretenden igualitarios. La finalidad de los argumentos es generar confusión, que se traduzca en duda, y que ésta devenga en pasividad para no luchar por un cambio que atente contra los privilegios masculinos en esta sociedad. Dice el autor: “Es fácil, si se critica aquello que cuestiona a la desigualdad, y de ese modo se genera una duda, el resultado es que permanece la desigualdad”.
Lorente Acosta lo define como “una de las últimas trampas que la cultura patriarcal ha puesto en práctica” y lo que busca es mantener el stau quo de la desigualdad entre los géneros, pero con argumentos que se pretenden igualitarios. La finalidad de los argumentos es generar confusión, que se traduzca en duda, y que ésta devenga en pasividad para no luchar por un cambio que atente contra los privilegios masculinos en esta sociedad. Dice el autor: “Es fácil, si se critica aquello que cuestiona a la desigualdad, y de ese modo se genera una duda, el resultado es que permanece la desigualdad”.
Miguel Lorente Acosta nos dice que hay ciertos elementos que predominan en los discursos posmachistas, como son:
La neutralidad: los argumentos se presentan diciendo que no quieren beneficiar ni perjudicar a nadie, sino que buscan lo mejor para todos“de este modo hacen una crítica directa a las medidas de igualdad dirigidas a las mujeres, como si éstas fueran parte de un privilegio por ser mujeres, cuando en realidad son actuaciones dirigidas a abordar las consecuencias sufridas por la desigualdad, bien sean en forma de violencia, discriminación, o cualquier otro tipo”.
El cientificismo: elijen datos de la realidad para tergiversarlos a fin de que sirvan de sustento a su argumento. Utilizan el ideal científico para simular neutralidad, pero los datos elegidos y manipulados tienen una finalidad muy concreta: generar confusión, duda y mantener el statu quo. Se utilizan argumentos de la biología para justificar la maternidad obligatoria, y los mismos argumentos para justificar la ausencia de mujeres en los puestos de mando y dirección, alimentando la idea de la inferioridad o incapacidad femenina para ciertas actividades, tradicionalmente masculinas. Incluso para la práctica de ciertos deportes, vease por ejemplo en el trailer del siguiente documental que habla sobre mujeres que juegan al futbol: "Mujeres con pelotas"
El interés común, sustentado en el argumento del beneficio económico y la idea del adoctrinamiento. Con respecto al primero, puede decirse que los posmachistas alegan que las medidas en contra de la violencia contra las mujeres se traducen en un beneficio económico para organizaciones afines a quienes abogan por la igualdad, es por ello que en tiempos de crisis, se tolera que los recortes empiecen por la igualdad: “Nada de mejorar la convivencia ni de corregir injusticias y discriminaciones, aquí lo que mueve a las personas al hablar de Igualdad, en España y en la Unión Europea, son los euros disputados”. Con respecto al segundo argumento, el del adoctrinamiento, han construido un imaginario muy negativo relacionado con los estudios de género y las políticas con perspectivas de género, argumentando que quienes hablan de igualdad en realidad lo utilizan como “un instrumento “atractivo” para conseguir imponer una ideología y unos valores al resto de la sociedad (…) han tomado la palabra “género” como sinónimo de todo lo malo, dogmático y radical, para plantear la amenaza en estos términos y hablar de adoctrinamiento.”
Remata el autor: “De este modo se llega a la paradoja de que hablar de los valores y de las referencias que luego dan lugar a la violencia de género, a la discriminación, al aislamiento y alejamiento de las mujeres de la vida pública… es educar, mientras que lo contrario y permitir una sociedad más justa y pacífica es adoctrinamiento”
Remata el autor: “De este modo se llega a la paradoja de que hablar de los valores y de las referencias que luego dan lugar a la violencia de género, a la discriminación, al aislamiento y alejamiento de las mujeres de la vida pública… es educar, mientras que lo contrario y permitir una sociedad más justa y pacífica es adoctrinamiento”
El ataque personal y descrédito de quienes se posicionan en contra del posmachismo: si deslegitimo al/la hablante, deslegitimo su discurso.
En esta líneal Miguel Lorente Acosta enumera distintas actitudes posmachistas, a las que nosotras les agregamos otras:
En esta líneal Miguel Lorente Acosta enumera distintas actitudes posmachistas, a las que nosotras les agregamos otras:
- criticar las intervenciones con mujeres víctimas y percibirlas como ataques a los varones por no contemplarlos en las medidas adoptadas.
- sembrar la duda sobre la violencia contra la mujer argumentando que hay muchas denuncias falsas que son utilizadas para sacar provecho de la legislación protectoria.
- criticar las medidas de acción positiva que buscan poner en pie de igualdad a las mujeres con respecto a los varones -por haber estado tradicionalmente postergadas- por ser discriminatorias contra los varones, vulnerándose así la “igualdad ante la ley”.
- difundir al feminismo como una ideología que odia a los varones y quiere imponer la supremacía femenina.
- resaltar los casos de varones y niños asesinados por mujeres, que obviamente los hay, pero que no puede compararse la magnitud del fenómeno con los femicidios de mujeres y niñas, hay que ocuparse de ambos, pero hay que tener conciencia de que la violencia contra las mujeres y niñas es sistemática, a-histórica y a-cultural.
- reproduce estereotipos en relación con la violencia contra la mujer: no es causa de una desigualdad estructural, sino problemas puntuales de parejas puntuales, donde seguramente hay sustancias adictivas de por medio.
- utilizan hasta el cansancio elementos de la naturaleza y de la tradición indistintamente: “es natural que la mujer tenga hijos”, “siempre se ha hecho así y no estamos tan mal”, “si la sociedad llegó a este punto de evolución por algo es”.
- si se presentan las graves consecuencias de la mutilación genital femenina, el posmachismo las compara con la circuncisión, como si el daño causado (físico y psíquico) y la finalidad fuera la misma.
- victimizarse como resultado de una sociedad que los estigmatiza diciendo que “los hombres pagan con sus vidas la tranquilidad de las mujeres, con argumentos como que su vida media es más reducida, las muertes en los accidentes laborales y de tráfico, incluso llegan a defender que eso de “primero las mujeres y niños”. Como señala el autor: “Para nada se cuestionan cómo la desigualdad les afecta a ellos ni cuál es el precio de “mujeres y niños” por salir antes de los riesgos en los espacios públicos, porque está claro que del riesgo y de la violencia en lo privado no las dejan salir”
- Por último, y en palabras de Miguel Lorente Acosta: “Utilización de la igualdad para no avanzar en igualdad. Critican que sólo se hable de mujeres, no de hombres, pero lo hacen para que no se hable de ninguno, ni de hombres ni de mujeres, no para que se hable de los dos”
Nos pareció interesante compartir este concepto con estedes, que en la misma línea que el post sobre micromachismos nos invita a pensar y reflexionar más detenidamente sobre las cosas que escuchamos, y las que reproducimos. No hay nada inocente en este mundo, todo lo dicho y lo hecho persigue una finalidad, hay que tener cuidado con la ideología implícita que defendemos cuando reproducimos ciertas cosas de las aquí descriptas. No caigamos en la pasividad, sigamos trabajando por un mundo en donde la igualdad entre mujeres y varones sea una realidad.
Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino