Amordazar

Autor: Gabriel Sanz

Bienvenidos a De(s)generando el género.

DE(s)GENERANDO EL GÉNERO nace de la necesidad de aunar esfuerzos para lograr la Igualdad de género. El nombre no es casual, sino que se enraíza en el fin que perseguimos: degenerar los conceptos que inundan las consideraciones de género para llegar a deshacerlo, desgenerarlo, y despojarlo de todos estereotipos y mandatos que marcan “el deber ser”en función del sexo con el que nacimos. Nos definimos como feministas, porque creemos que la única forma de vivir en un mundo más justo se relaciona con la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres. Creemos que la educación e información, son la herramienta que nos permitirá vivir en la diversidad, la pluralidad y tolerancia humana. Tenemos la convicción de que esto es posible, y por eso armamos este BLOG , el cual dividimos en secciones que nos parecen de interés para quien quiera acercarse a la temática y estar actualizad@. Las sección “Reseñas”, haremos un breve análisis de distintos títulos de libros y películas que abordan la temática . En las “noticias destacadas”, exponemos los sucesos más relevantes e inauditos, con un pequeño análisis de las mismas. En la agenda, publicamos los eventos relacionados con la temática. En los links de interés, aquellos enlaces que creemos interesantes. Y en la página principal habrá una producción nuestra sobre diversos temas. Todas estas secciones, las vamos a actualizar semana a semana, ya que creemos que la Igualdad y la concientización, es un camino de todos los días.

domingo, 31 de agosto de 2014

Violencia contra las mujeres y el rol del/la acompañante

El artículo 10 de la ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar las violencias contra las mujeres, dispone: 

"El Estado nacional deberá promover y fortalecer interinstitucionalmente a las distintas jurisdicciones para la creación e implementación de servicios integrales de asistencia a las mujeres que padecen violencia y a las personas que la ejercen, debiendo garantizar (...) Programas de acompañantes comunitarios para el sostenimiento de la estrategia de autovalimiento de la mujer."

La ley es clara y parece rescatar algo que las investigaciones del campo de la violencia contras las mujeres vienen señalando hace tiempo: que la mejor forma de garantizar que una mujer que denuncia un acto de violencia, sostenga esa denuncia, es el trabajo en red, es el abordaje interinstitucional, es la presencia de un/una alguien que acompañe en el largo proceso de empoderamiento que se necesita para sostener un proceso judicial.

Ya hemos abordado en post anteriores la compleja trama de la violencia institucional que dificulta el acceso a la Justicia para mujeres en situación de violencia. Las organizaciones sociales relevaron también que la existencia de un/una acompañante en lo que se denomina la "ruta crítica" hace que la misma sea menos crítica y que la mujer pueda sostener más fácilmente el largo recorrido institucional que debe afrontar para que se le reconozca su derecho a una vida libre de violencia.



En los hechos, existen muchísimos acompañantes como los que prevee la ley: son lxs amigxs, lxs hermanxs, lxs parientes, lxs hijxs, lxs compañerxs de la organización que no dejan sola a la mujer en este difícil recorrido. Lo que se intenta a partir de la legislación es que esxs acompañantes tengan las herramientas para efectivamente hacer más fácil el trayecto, que sepan cuáles derechos y garantías asisten a las mujeres, cómo es la forma de abordaje de las distintas instituciones, etcétera.

La ley nacional, también dice en su artículo 25: "En toda instancia del proceso (judicial) se admitirá la presencia de un/a acompañante como ayuda protectora ad honórem, siempre que la mujer que padece violencia lo solicite y con el único objeto de preservar la salud física y psicológica de la misma". Este artículo de corte procedimental es también aplicable en la provincia de Buenos Aires a partir de la reforma de la ley 12.569 (por la ley 14.509). 

Ello significa que nadie puede privar del derecho que tiene una mujer a ser acompañada por alguien de su confianza, en todo momento del proceso, y ante las diferentes instituciones: poder judicial, centros de salud, dependencias del poder ejecutivo, etcétera. ¿Y esto por qué? Porque la mujer que intenta salir de la espiral de violencia tiene un sistema patricarcal en contra, en donde es necesario reforzar su derecho a tener derechos, y también neutralizar las voces poco amigables que le pregunten si está segura de denunciar, que le dicen que en realidad es su culpa, o que seguro que ella le hizo algo.

Todxs en algun momento podemos vernos en la situación de tener que acompañar a una mujer que está atravesando una situación de violencia, entonces, vamos a retomar lo aconsejado por el "Protocolo para Organizaciones Sociales. Violencia contra las mujeres en relaciones de pareja" (POP) confeccionado por Aquelarre  (el que recomendamos):
  • Hay que lograr un ambiente distendido y de confianza, generar el espacio en donde la mujer pueda contar lo que le pasa y lo que siente, y ESCUCHARLA. Lo recomendable es que a la mujer no la aborden de a muchas personas, precisamente para generar el ambiente de intimidad necesario.
  • No juzgar, y entender las contradicciones que la propia mujer puede sentir.
  • Salvo en casos de riesgo vital, a la mujer no debe ser "rescatada", ella tiene que tomar la decisión de denunciar, porque si ella decide, es más fácil que pueda sostener la decisión a lo largo del proceso judicial. Y porque ella es una persona autónoma que no debe ser subestimada.
  • Para hacer la denuncia, no hace falta que la acompañe un/a abogadx.
  • Las denuncias por violencia pueden hacerse en cualquier comisaría, pero es resomendable que si existe en la zona una Comisaría de la Mujer, acudir a esta última, porque se presupone que cuentan con personal sensibilizado. De todas maneras todas las comisarías tienen la OBLIGACIÓN de tomar la denuncia, que también puede hacerse en los Juzgados competentes.
  • Esta prohibido por ley cualquier tipo de audiencia de mediación o conciliación, por lo que si se cita al agresor y a la mujer en el misma hora y en el mismo lugar, puede hacerse un descargo, o incluso una denuncia por violencia institucional.
Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino



martes, 12 de agosto de 2014

Ni locos, ni provocadoras: la violación al desnudo

La semana pasada, una chica de 19 años denunció haber sufrido un abuso sexual por parte de cuatro hombres en el boliche Le Clikc. El caso desató una ola de comentarios machistas, culpabilización de la víctima, gordofobia y racismo”: Así comienza el artículo de opinión, publicado en marcha.org.ar (el cual recomendamos), donde se analizan las representaciones sociales que circularon a partir de un hecho concreto de violación ocurrido recientemente. Quisiéramos sumarnos a este análisis, utilizando esta situación como disparadora para pensar que es lo que se pone en juego cuando una mujer sufre una violación sexual.
Como primer punto, no podemos dejar de remarcar que cuando hablamos de violencia sexual y violación, no solo nos referimos a la que ocurre en la vía pública, o en un boliche perpetuada por desconocidos. La violencia sexual ocurre en un gran porcentaje en las parejas, en las familias y en todas aquellas ocasiones en las cuales una mujer se siente obligada a tener relaciones sexuales de algún tipo sea esto por la fuerza explícita, intimidación, manipulación, indefensión o miedo. No olvidemos que la Violencia sexual, es una de las formas que adopta la violencia de género o violencia contra la mujer y que se define como “Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.”
La violencia sexual dentro de la pareja, suele ser difícil de registrar ya que se sostiene en la creencia de la “obligación marital” de satisfacción del otro. La violencia sexual perpetrada por desconocidos se justifica en la creencia de buscar culpables singulares: o las mujeres por “provocar”, o ciertos varones que tienen alguna desviación. Todas estas argumentaciones imposibilitan ver el telón de fondo -el para qué- de estas prácticas de poder.
¿Que le pasa a estos varones para ejercer este acto casi vampírico contra la mujer? Coincidimos con las posturas que plantean que el violador, lejos de ser un ser solitario, loco, y con un desvío psicopataológico, es el más moral de todxs los seres. La mujer violada es para él, amoral, y por tanto se merece ser violada. La violación tiende a ser un acto punitivo y disciplinador hacia la mujer: el ataque no es propiamente del orden sexual, aunque sea ésta el arma que utilice para perpetrar la agresión. Rita Segato en este sentido refiere que la violación “expresa el precepto social de que ese hombre debe ser capaz de demostrar su virilidad, en cuanto compuesto indiscernible de masculinidad y subjetividad, mediante la extracción de la dádiva de lo femenino (…) En otras palabras, el sujeto no viola porque tiene poder o para demostrar que lo tiene. Sino porque debe obtenerlo” (2010: 40). .
Una de las sentencias más efectivas del patriarcado ha sido convencernos que no podemos hacer nada más que “cuidarnos”: de la ropa que usamos, de como la usamos, de los lugares por los que caminamos, de con quien caminamos, a quien miramos, de no andar solas, de con quien tomamos algo, de con quien charlamos, de las horas en las que andamos por la calle, de los barrios, de con quien nos acostamos, a quien le damos nuestro numero, quienes son nuestros amigos, de decir que nos espera alguien en casa si vamos en un taxi, de mostrarnos o insinuar que estamos acompañadas de un varón, de estar siempre alertas, de camiar cerca de la calle, de siempre ver quien camina detrás nuestro, de llevar gas pimienta, de usar pelo suelto porque el pelo atado es más fácil de tomar, de usar calzado cómodo para poder salir corriendo... Y si no hacemos estas cosas, la culpa de ser atacadas sexualmente es nuestra.
El caso de Camila da cuenta de como se cambia el foco de lo sucedido: la violación de una chica de 19 años por 4 varones queda desdibujada entre las características físicas del violador, la contextura física de Camila y principalmente, las características de estas fiestas Alternativas. Como un castigo divino, haber ido a una fiesta es razón suficiente para que un varón viole a una mujer.
De esta manera, todas las Camilas pasan a ser responsables de un hecho que las vulnera: son juzgadas, culpabilizadas, avergonzadas y cuestionadas. Nosotras nos preguntamos, que pasaría si fuese al revés, si un grupo de mujeres abusaría de un varón... seguramente nadie pensaría que ese varón se “la buscó” por ir a determinada fiesta, o que tiene responsabilidad porque usó una camisa ajustada, o no nos asombraríamos porque no cumple con los estereotipos de belleza. 
Es necesario cambiar la óptica desde la cual suelen mirarse estas situaciones. Dejar de pensar que una mujer es violentada sexualmente porque es linda, provocativa y porque los varones tienen un deseo sexual irrefrenable. Es necesario empezar a ver que la agresión ES sexual, pero la motivación NO ES la sexualidad -que es mucho mas amplia y a la que es posible acceder sin mediar la violencia-, sino la satisfacción en el orden del poder y la dominación. Al pensarlo como cuestiones aisladas y con causas que pueden circunscribirse a una ropa, a un espacio, a una psicopatología, se evita llamar a las cosas por su nombre y se minimiza la causa subyacente que es la desigualdad de poder entre varones y mujeres en esta cultura patriarcal. En la medida que todxs como sociedad no podamos pensarlo desde esta óptica y sigamos siendo las mujeres las que tengamos que aprender a cuidarnos, vos, yo, tu hermana, tu hija, tu prima, tu amiga, tu vecina y cualquier mujer, es una potencial víctima de violación ya que el factor de riesgo es ser mujer.


Compartimos con ustedes una reflexión (que no es de nuestra autoría) y una gráfica donde es posible repensar de manera gráfica la manera naturalizada que pensamos las violaciones:



Que sería exactamente evitar ser violada?
No salir de noche? No andar en bondi? No andar en taxi? Cuál de los dos será más peligroso? Esperar sola en la parada o subirte a un auto conducido por un chabón? No estar sola? No salir de casa sin la compañía de un hombre? De eso se trata?
No tomar alcohol? No ir a fiestas? No usar vestidos? No mostrar tus piernas? No usar escote? No mostrar nada? Ir a la pile ni ahí, cierto?
No confiar nunca en tus amigos? No tener amigos? Y tu pareja?
No quedarte a solas con tu pareja? Nunca? Y si te casaste tampoco? Que raro...
Cuidarte es desconfiar, con 5 años, de la persona que te cuida todos los días cuando tus padres no están? Ese abuelo, tío, niñera, vecina que a tus padres les parece tan confiable?
Cuidarte es acaso cuidar tu belleza social, para que por lo menos el violador no se burle de lo fea que sos? Cuidarte es no decir nada después, para que nadie te haga preguntas sobre lo que llevabas puesto? Cuidarte es no ir a denunciar, para que tu familia no sienta vergüenza de lo puta que fuiste confiando en tu novio? Cuidarte es tener más fuerza que el agresor, para que después tus amigos no digan que sos puto y te dejaste? Cuidarse es acceder por las buenas antes de que te fuercen? Cuidarte es encerrarte en un frasco y no interactuar con nadie, nunca, porque todos a tu alrededor son potenciales violadores o que carajo es cuidarte?
Cuidarte no existe! Cuidarte es lo que te van a exigir algunos, para seguir negando que el único culpable de una violación es el violador.




Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino

BIBLIO:
Segato, Rita. Las estructuras elementales de la violencia
Vargas, Roxana. Violencia estructural de genero, una categoria necesaria de análisis para los Derechos HUmanos de la Mujer.
http://www.jus.gob.ar/areas-tematicas/violencia-de-genero/tipos-y-modalidades-de-violencia.aspx
http://www.larevuelta.com.ar/articulos/VM_2010_04_07.html
http://www.comunicarigualdad.com.ar/rita-segato-el-estado-no-totaliza-la-realidad/
http://www.lavanguardia.com/internacional/20140401/54405344601/no-merezco-ser-violada-mujeres-brasilenas-basta.html