viernes, 24 de mayo de 2013

Una respuesta a “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer” de Ignacio Bosque.

Ignacio Bosque (1)  realiza una reflexión crítica sobre las recomendaciones de uso de lenguaje no sexista que, mediante guías, realizaron distintos organismos públicos en todo el mundo occidental al menos. Su conclusión al respecto fue:
El propósito último de las guías de lenguaje no sexista no puede ser más loable: contribuir a la emancipación de la mujer y a que alcance su igualdad con el hombre en todos los ámbitos del mundo profesional y laboral. Intuyo que somos muchos —y muchas— los que pensamos que la verdadera lucha por la igualdad consiste en tratar de que esta se extienda por completo en las prácticas sociales y en la mentalidad de los ciudadanos. No creemos que tenga sentido forzar las estructuras lingüísticas para que constituyan un espejo de la realidad, impulsar políticas normativas que separen el lenguaje oficial del real, ahondar en las etimologías para descartar el uso actual de expresiones ya fosilizadas o pensar que las convenciones gramaticales nos impiden expresar en libertad nuestros pensamientos o interpretar los de los demás. (2)

Su crítica más elocuente a las recomendaciones realizadas por estas guías de lenguaje no sexista tiene que ver con que en ellas se entienda que el uso generalizado del masculino para pretender la inclusión de ambos sexos sea tildado de expresión sexista, y se recomiende su evitación, o su reemplazo por otras fórmulas que visibilicen a la mujer (3).  Y además, entiende que mínimamente, quien pretenda hacer una guía de uso correcto del lenguaje, debería al menos contar con la opinión de las personas idóneas en el tema, como lo son en este caso, lxs lingüistas.
Consideramos que la intención del autor es buena y acertada, si él pretende que estas guías de uso no sexista del lenguaje tengan intervención las personas especializadas, como son lxs lingüistas. El tema es que no se amparen en tecnicismos para mantener el statu quo de la invisibilidad femenina que es real, y que la lengua se ha construido, como toda manifestación cultural, de acuerdo a una escala de valores androcéntricos.
Las diferentes lenguas, a nuestro modo de ver, son dinámicas, van necesariamente cambiando, incorporando palabras nuevas, nuevas expresiones. Hoy estamos ante la necesidad de visibilizar a las mujeres, a lo que ellas hacen y a lo que ellas son. Lxs expertxs deben encontrar la forma de que esto suceda sin excusarse en que la lengua no lo permite porque las lenguas pueden permitirse casi todo, es cuestión de encontrar la forma.

Al respecto podemos citar una nota periodística escrita por Sandra Ruso en la prensa argentina, titulada “Sobre todos y todas” en la que se expresa así: “Luis Martín Cabrera –profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de San Diego–, en un artículo titulado “Me he vuelto loca, sólo puedo escribir en femenino”, afirma que rasgarse las vestiduras porque las guías no han sido elaboradas por lingüistas es un argumento disciplinario y autoritario. “Es el mismo argumento que utilizan historiadores como Santos Juliá, que piensan que la memoria es un asalto a su disciplina; ni la historia les pertenece exclusivamente a los historiadores ni el lenguaje es patrimonio de los lingüistas, no son sus minifundios ideológicos. Por otro lado, no es sorprendente que no les hayan pedido ayuda, pues la RAE es históricamente una de las instituciones más sexistas y misóginas del mundo. Todavía recuerdo al anterior director de la RAE, don Víctor García de la Concha, que por desgracia fue mi profesor, diciendo que ‘la literatura no tiene la regla’, provocando carcajadas generales y reproduciendo esa nefasta complicidad entre hombrecitos. Se puede discutir si existe una literatura femenina, pero no con argumentos sexistas.”
Quizá haya gente, como el autor, que no le dé demasiada importancia a la visibilización femenina, sosteniendo que el masculino nos representa a todxs. Esta situación nos hizo recordar y reflexionar sobre la importancia del lenguaje. Por ejemplo, en la obra 1984 de George Orwell se ve claramente la necesidad del Gran Hermano de reducir las palabras que contenía el lenguaje, para de esta forma reducir la capacidad de pensar. Si no tenemos palabras para expresar lo que pensamos, dejamos de pensarlo.  Si la mujer no es reflejada en el lenguaje, otra vez y antes de lo que pensamos, vamos a dejar de pensar en la mujer como protagonista social.

“La intención de la neolengua no era solamente proveer un medio de expresión a la cosmovisión y hábitos mentales propios de los devotos del Ingsoc, sino también imposibilitar otras formas de pensamiento. Lo que se pretendía era que una vez la neolengua fuera adoptada de una vez por todas y la vieja lengua olvidada, cualquier pensamiento herético, es decir, un pensamiento divergente de los principios del Ingsoc, fuera literalmente impensable, o por lo menos en tanto que el pensamiento depende de las palabras (...) La finalidad de la neolengua no era aumentar, sino disminuir el área del pensamiento, objetivo que podía conseguirse reduciendo el número de palabras al mínimo indispensable.” (5)
Consideramos que es imprescindible ahora que la lengua se adecúe a la nueva realidad, una realidad que implica que las mujeres formamos parte de la esfera pública de la vida social, y que allí nos vamos a quedar.  Sólo cuando la mujer se incorpore al lenguaje de manera natural, a lo que hablamos todos los días, vamos a haber conseguido dar otro paso en pos de la igualdad. Y si la estructura de nuestro lenguaje no lo permite, bueno, pues deberíamos buscar la forma de que lo permita. Las guías a las que se refiere el autor al menos hacen el intento.
Todxs sabemos que el uso de la lengua no es neutral. Durante mucho tiempo (siglos enteros) la mujer fue recluida a la esfera doméstica. Durante todo ese tiempo se construyó un lenguaje que no la incluía, que la ignoraba. Es tiempo de que las cosas cambien, y no usar las viejas estructuras para mantenerlas igual. Hoy la lengua castellana debe dejar de pretender de neutralidad (que no lo es) y adecuarse a esta exigencia social de que las mujeres queremos ser parte, y queremos vernos reflejadas en la lengua que usamos todos los días.
Les dejamos en la sección de documentos, el artículo escrito por Bosque y respaldado por toda la Real Academia Española para que Uds. mismos puedan hacer un análisis crítico de sus opiniones.

Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino

Bibliografía:

(1) Catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid y Ponente de la Nueva gramática de la lengua española.
(2)  BOSQUE, Ignacio, “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”, Boletín de Información lingüística de la RAE, Página 16.
(3)  “Pero lo que en estas guías se entiende, de manera poco justificada, es que hay siempre discriminación en las expresiones nominales construidas en masculino con la intención de abarcar los dos sexos.” BOSQUE, Ignacio, Op. Cit., Página 8.
(4) Disponible en http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-189263-2012-03-10.html (Recuperada el 19/03/2012)
(5) ORWELL, George, 1984, Ed. P/L @, 2000, página 328.




6 comentarios:

  1. Es un poco extraño que mientras se aboga por el uso del lenguaje no sexista, el propio artículo no lo haga: "Todos sabemos que el uso de la lengua no es neutral".

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  2. Muy buena observación, ya está corregido. Gracias!

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  3. Hola:

    Con todo respeto, esta respuesta es muy corta, ya que no critica debidamente todos y cada uno de los razonamientos que Bosque redactó en su informe. Por ejemplo, ¿Qué debemos pensar de las mujeres que no se sienten discriminadas por el llamado lenguaje sexista? ¿Ellas deberían cambiar su manera de pensar, sentirse indignadas y discriminadas para así conformarse a la “ortodoxia” del “lenguaje no sexista”?

    Si somos consistentes con los criterios del “lenguaje no sexista”, debemos considerar que expresiones tales como: “la humanidad”, son sexistas, puesto que en casos como el anterior se “invisibiliza” al sexo masculino.

    Saludos desde México

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  4. Si ustedes que son activas en este movimiento no lo pueden respetar, me parece patético, ridículo, e insensato, que exijan que lo demás lo hagan.

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  5. Chicas, no han entendido el artículo. Beso

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  6. que se puede esperar simplemente son MUJERES

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