En
esta entrada hablaremos sobre la mutilación genital femenina, o
ablación, que consiste en la extirpación total o parcial de los
genitales externos femeninos. Este tema genera debate porque pone en
juego cierto relativismo cultural que invisibiliza una realidad: que
es una costumbre que viola el derecho a la salud y a la integridad
física, y que refleja una profunda desigualdad entre varones y
mujeres.
Para
comenzar, compartimos un texto escrito en primera persona de la
modelo Waris Dirie, embajadora de las Naciones Unidas en su campaña
contra la mutilación genital femenina:
“Me
hallaba en Los Ángeles para dar una charla sobre la mutilación
genital femenina. Accedí a hablar, aun cuando me resultaba difícil.
En 1995 violé un fuerte tabú tradicional y hablé públicamente de
mi propia circuncisión. Me había convertido en portavoz de Naciones
Unidas para este asunto, pero cada vez que hablaba de ello
despertaba en mí dolorosos recuerdos emocionales y físicos. Lo
cierto es que cuando era pequeña le suplicaba a mi madre que me lo
hicieran, pues había oído que me haría limpia y pura. Cuando no
era más alta que una cabra, mi madre me sujetó mientras una
anciana me seccionaba el clítoris y la parte interna de la vagina y
cosía la herida. No dejó más que una minúscula abertura, del
tamaño de la cabeza de una cerilla, para orinar y menstruar. En su
momento yo no tenía idea de lo que estaba ocurriendo, ya que
nosotros jamás hablábamos de ello. Era un tema tabú. Mi hermosa
hermana Halimo murió a consecuencia de aquello. Aunque nadie de mi
familia me lo dijo, estoy segura de que se desangró o murió de una
infección. La mujeres midgaan que practican la circuncisión
utilizan una cuchilla o un cuchillo afilado en una piedra para hacer
el corte. En la sociedad somalí se las considera intocables, ya que
proceden de una tribu que no es descendiente del profeta Mahoma.
Usan una pasta de mirra para detener la hemorragia, pero cuando las
cosas van mal no tenemos penicilina. Más adelante, cuando una chica
se casa, en la noche de bodas, el novio intenta abrir a la fuerza la
infibulación de la novia. Si la abertura es demasiado pequeña, se
abre con un cuchillo. Después de años de lucha, me di cuenta de que
en realidad es una mutilación, pero así y todo me sentía
angustiada cuando hablaba del tema: temía que algo malo pudiera
pasarme por violar el código de silencio”. Waris Dirie, Amanecer
en el desierto. 2002.
Las
palabras de esta mujer abre a la siguiente pregunta, ¿puede la
tradición justificar una acto que tiene graves consecuencias en la
salud, que genera un inmenso dolor físico
y psíquico, que despierta temor y, todo por el simple hecho de ser
mujer? Y acá no se trata de juzgar una cultura, sino de ver qué implica esta costumbre.
Creemos
que la diferencia entre cultura y costumbre, puede ser el inicio para
pensar que tipo de intervenciones es posible realizar, a fin de
desarraigar esta práctica. En este sentido tomamos las palabras de Bénédicte LUCAS: “en
efecto, la ablación/mutilación genital femenina no corresponde a una
cultura - entendida como proceso, expresión de la vida humana, forma de
comunicación y respuesta a unas necesidades básicas - sino a una
costumbre, es decir a la fijación de una norma. Ahora bien, ¿cómo
se puede valorar una costumbre? Desde el punto de vista
filosófico-jurídico, el criterio de apreciación más pertinente es
la confrontación de esa costumbre con los derechos humanos”.
La
mutilación genital femenina está reconocida internacionalmente
como una violación de los derechos humanos de las niñas y las
mujeres que refleja la desigualdad entre los géneros. Es considerada
como una violación de derechos humanos basada en la pertenencia al
genero femenino y al rol social que se les asigna en cuanto tales.
Además, como la mutilación genital femenina casi siempre se
practica en menores, constituye también una violación de los
derechos de las niñas.
El
“por qué” de la Ablación.
La
ablación es parte de un ritual de iniciación a la edad adulta
practicado en África y Oriente Medio. En estas comunidades se
aducen diferentes motivos para hacerlo:
Sexuales:
a
fin de controlar o mitigar la sexualidad femenina.
Sociológicos:
se
practica, por ejemplo, como rito de iniciación de las niñas a la
edad adulta o en aras de la integración social y el mantenimiento de
la cohesión social.
De
higiene y estéticos:
porque
se cree que los genitales femeninos son sucios y anti-estéticos.
De
salud:
porque
se cree que aumenta la fertilidad y hace el parto más seguro.
Religiosos:
debido
a la creencia errónea de que la ablación genital femenina es un
precepto religioso. La ablación se practica principalmente a niñas
y jóvenes de entre 4 y 14 años.
Sin
embargo, la mayoría de estudios antropológicos coinciden en que la
motivación principal es que la práctica garantiza que la niña
acate normas sociales claves, como las relacionadas con la
restricción de la actividad sexual, el sometimiento al marido, la
reducción de las relaciones extramatrimoniales, la feminidad, la
respetabilidad y la madurez. Es decir, es el control del cuerpo y de
la sexualidad femenina, enmascarada en razones de higiene, estética
o de pureza.
Tipos
de ablación o mutilación genital femenina
Existen
varios tipos de ablación en función de la amplitud de la
extirpación. Según la OMS:
Tipo
1 – Clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris
(órgano pequeño, sensible y eréctil de los genitales femeninos)
y, solo en casos muy raros, del prepucio (pliegue de piel que rodea
el clítoris).
Tipo
2 – Escisión: resección parcial o total del clítoris y los
labios menores, con o sin escisión de los labios mayores (labios
vulvares que rodean la vagina).
Tipo
3 – Infibulación o circuncición faraónica: reducción de la
abertura vaginal mediante una cobertura a modo de sello formada
cortando y recolocando los labios menores o mayores, con o sin
resección del clítoris. Es decir sutura de los costados de la
vagina dejando tan sólo un orificio diminuto para el paso de la
orina y de la sangre menstrual. Es la forma más radical de la
mutilación genital femenina.
Tipo
4 –
Otros: todo otro procedimiento lesivo de los genitales femeninos
realizado con fines no médicos, como pinchazos, perforaciones,
incisiones, raspados o cauterizaciones de la zona genital.
Nosotras
estamos convencidas que esta situación dolorosa ligada a la
condición de mujer, solo es posible erradicarla si se piensa desde
la perspectiva de género. Es fundamental entender cuando una
práctica cultural responde a la amplitud de la libertad y la
igualdad, y cuando está al servicio de sistemas de dominación que
vulneran los derechos de las personas. Nosotras creemos que para
generar estrategias eficaces de erradicación, es necesario analizar
la Mutilación Genital Femenina en el marco del sistema de dominación
patriarcal.
Compartimos el siguiente video:
Julieta
Evangelina Cano y María Laura Yacovino
Bibliografía:
- Bénédicte LUCAS: Aproximacion antropológica a la práctica de la ablación o mutilación genital femenina.
- Maglione, Miguel Angel (1998): La mutilaión genital femenina.
- Informe OMS: Comprender y abordar la violencia contra las mujeres. Mutilación genital femenina
- Informe de Amnistia Internacional (1998): La mutilación genital femenina y los derechos humanos: Infibulación, excisión y otras prácticas cruentas de iniciación.
- Waris Dirie (2002): Amanecer en el desierto
- http://www.prensalibre.com/internacional/Mujeres-luchan_0_1132086805.html
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