martes, 6 de mayo de 2014

Cuando la ignorancia no es ingenua: precisando términos


El concepto “género” ha tenido una gran difusión en las últimas décadas. Sin embargo en su reproducción se le ha dado diversos usos, no siempre correctos. Aún sigue siendo común escuchar por ejemplo la afirmación: “pero algunos varones también sufren violencia de género”. Algo similar sucede con la definición de “feminismo”: existen personas que creen que el Feminismo es “el machismo pero al revés”.
Como ya hemos postulado en la entrada "Reflexiones sobre el uso de lenguaje", el lenguaje construye realidad y por tanto, así como lo que no se nombra no existe, no es lo mismo decir una cosa que otra. Como el título adelanta, nosotras creemos que este mal uso no es inocuo y azaroso. Creemos que responde en un nivel latente a las resistencias instaladas que el sistema patriarcal ha desarrollado a lo largo de la historia. Es por eso que en esta entrada nos proponemos definir dos términos de uso cotidiano: género y feminismo.

Cuando hablamos de género, la mayoría estamos de acuerdo que se referencia a un hecho descriptivo sobre las diferencias entre varones y mujeres. Lo que no siempre queda tan explícito es que el género también hace referencia a una dimensión evaluativa que es consustancial a la anterior, y que nos pone en el terreno de la jerarquía. Como señala Carmen Delgado “de las dos nociones implícitas en el término, la de división y la de jerarquía, se hace hincapié solamente sobre la división” (p.59). Es decir que cuando hablamos de género, no podemos olvidarnos que es un concepto relacional entre dos partes diferentes, en la cual una está valorada por sobre la otra. Esta es la definición de género desde su origen, por lo cual si se la tiene en claro, la afirmación de “hay varones que también sufren violencia de género” cae por si misma, ya que una de las condiciones para padecerla sería pertenecer al grupo oprimido y esto sabemos que históricamente no ha ocurrido. Por ende, un varón puede sufrir violencia, pero no violencia de género. Carmen Delgado utiliza una analogía para explicarlo: así como no diremos que la clase alta sufre discriminación de clase ya que en el concepto de clasismo está incluida la dimensión evaluativa de jerarquía, conceptualmente tampoco podemos decir que el sexo históricamente privilegiado sufre violencia de género.
Referirnos a violencia de género o a desigualdad de género implica que hay un grupo que ESTRUCTURALMENTE tiene una posición jerárquica sobre otro. Y lo resaltamos, porque no hablamos de individuos concretos sino de grupos de pertenencia. Vale la aclaración, ya que es frecuente que cuando se tratan estos temas en foro de debates o capacitaciones, la primera reacción sea por ejemplo, “yo a mis hijxs nos los críos así”, “de chiquita yo jugaba con varones, a mi no me lo prohibieron”, o “ahora los varones lloran”... Más allá de nuestra opinión personal sobre estas “actitudes igualitarias”, es bueno remarcar que por supuesto que hay excepciones que confirman la regla, que no negamos que haya varones que sufran algún tipo de violencia, pero que estructuralmente aún hoy la posición superior la sigue teniendo el grupo conformado por los varones... y sino a los informes los remitimos.
En síntesis, mirar/hablar/analizar/vivir con perspectiva de género, es visibilizar que la particularidad de la diferencia entre varones y mujeres es que se ha construido como una desigualdad. Esto implica que desde que nacemos se nos socializa como varones o como mujeres habilitando ciertos espacios ventajosos para unos y desventajosos para las otras, y que a partir de aquí construimos nuestra identidad y subjetivamos el mundo en base a esta matriz relacional que nos ubicará en posiciones de dominadores o de subordinadas.

El feminismo es el movimiento social y teoría política que vino a develar estas inequidades. Si bien el concepto de género nace con Stoller para el abordaje del entonces (mal) llamado “trastorno de la identidad”, el género como categoría de análisis es una de las contribuciones más importantes del feminismo.
Definir el feminismo no es tarea fácil ya que existen varias corrientes y entre ellas hay diferencias (Ver entrada Feminismo Segunda Ola). Pese a las singularidades, el leit motiv que atraviesa y es compartido por todas las corrientes es la lucha contra el sexismo en todos los terrenos y en todas las relaciones de poder (jurídico, socioeconómico e ideológico). Tomando la definición de Marcela Lagarde El feminismo constituye una cultura que, en su globalidad, es crítica de un sujeto social -las mujeres-, a la sociedad y la cultura dominantes, pero es mucho más: es afirmación intelectual, teórica y jurídica de concepciones del mundo, modificaciones de hechos, relaciones e instituciones; es aprendizaje e invención de nuevos vínculos, afectos, lenguajes y normas; se plasma en una ética y se expresa en formas de comportamiento nuevas tanto de mujeres como de hombres”. Con esto queda claro que el feminismo no es un movimiento contra el varón, y que busca dominarlo; un movimiento de tal características sería el hembrismo(macho/hembra) que se define como “conjunto de actitudes y comportamientos que rebajan la dignidad del hombre marginándolo y despreciándolo frente la mujer, por el mero hecho de pertenecer al sexo masculino”. El feminismo al definirse antisexista (discriminación por razón de sexo), no incluye al hembrismo ya que -al igual que el machismo- se basa en le superioridad de un sexo sobre otro, y la base del movimiento feminista es la creencia de que la superioridad entre los sexos es construida y por tanto que hay una igualdad que es posible alcanzar. El feminismo no lucha contra “el varón” sino contra el patriarcado como sistema de creencias económico, político, jurídico, religioso, y contra su poder.

Teniendo claro que es género y que es feminismo, estamos en condiciones de poner ambos términos en relación. Como enunciamos líneas arriba, la utilización del género como categoría de análisis ha sido uno de los mayores aportes del feminismo, ya que ha permitido visibilizar muchas de sus dimensiones. Compartimos la sistematización que hace al respecto Susana Gamba (2008) sobre el género:

  • Es una construcción social e histórica (por lo que puede variar de una sociedad a otra y de una época a otra);
  • es una relación social (porque descubre las normas que determinan las relaciones entre mujeres y varones);
  • es una relación de poder (porque nos remite al carácter cualitativo de esas relaciones);
  • es una relación asimétrica; si bien las relaciones entre mujeres y varones admiten distintas posibilidades (dominación masculina, dominación femenina o relaciones igualitarias), en general éstas se configuran como relaciones de dominación masculina y subordinación femenina;
  • es abarcativa (porque no se refiere solamente a las relaciones entre los sexos, sino que alude también a otros procesos que se dan en una sociedad: instituciones, símbolos, identidades, sistemas económicos y políticos, etc.);
  • es transversal (porque no están aisladas, sino que atraviesan todo el entramado social, articulándose con otros factores como la edad, estado civil, educación, etnia, clase social, etc);
  • es una propuesta de inclusión (porque las problemáticas que se derivan de las relaciones de género sólo podrán encontrar resolución en tanto incluyan cambios en las mujeres y también en los varones);
  • es una búsqueda de una equidad que sólo será posible si las mujeres conquistan el ejercicio del poder en su sentido más amplio (como poder crear, poder saber, poder dirigir, poder disfrutar, poder elegir, ser elegida, etcétera).




Al develar la complejidad del género en las relaciones entre varones y mujeres, el movimiento feminista ha conseguido cambios fundamentales para lograr la igualdad, como el derecho al voto femenino, a la educación, al acceso al trabajo, al uso libre de anticonceptivos, al aborto, a la libertad sexual, a posiciones políticas, a la eliminación de la tutela... En síntesis, a ir en pos de la libertad y la igualdad. Es importante no leer estos avances como exclusivos de las mujeres, dado que son conquistas que se han logrado para la humanidad en su conjunto ya que ser parte de una sociedad más digna e igualitaria, es un trabajo que nos compete e incluye a todxs. 

Para cerrar, quisiéramos compartir una reflexión de Marcela Lagarde sobre el feminismo (el subrayado es nuestro):
“El feminismo es una voz, es palabra diferente que nombra, enuncia, devela, analiza y duda, son nuevos valores y códigos éticos, y es hedonismo cuyas raíces tienden a la síntesis vital de lo físico, de lo afectivo, de lo intelectual y de lo erótico. El feminismo sintetiza la experiencia histórica de un género en la que cuerpo y mente, cuerpo y afectos, razón y afectos, no están separados: las mujeres somos nuestros cuerpos y nuestra subjetividad. El feminismo es, en esencia, política en acto. Es una crítica filosófica e ideológica a la cultura política autoritaria y al poder como dominio, y reivindica en acto el poder como derecho a existir, como afirmación de los sujetos por sí mismo. Como concepción del mundo inacabada y desigual de las mujeres, el feminismo es subjetivo porque expresa sujetos particulares incrédulas de la verdad, del dogma, de la perfección y de la objetividad. Es un conjunto de concepciones con distintos niveles de integración que siempre está por ampliarse; su condición es el cambio. El feminismo incide y surge de las formas diferentes de ser mujer, en cada mujer. De esta manera, el feminismo se perfila como alternativa a la cultura política porque, en contradicción con las teorías de la revolución, es una de esas revoluciones que en su permanente construcción - desconstrucción no estalla, no irrumpe: ocurre cotidianamente y en su devenir transforma a mujeres y hombres, a las instituciones, a las normas, a las relaciones; enfrenta y desacraliza los fundamentos de tabúes, así como los ritos y los mitos que hacen su representación simbólica. Desde su parcialidad, el feminismo anticipa la necesaria visión sobre la condición masculina que aún no emerge de los hombres, en tanto género que no puede reivindicarse más como estereotipo de lo humano”.


El feminismo ha sido y es una revolución que produjo profundas transformaciones sociales. El feminismo es una revolución pacífica que se gesta cada día. Tal vez sea la única revolución que sigue cobrando víctimas de un solo bando.



Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino






BIBLIOGRAFIA

-Delgado Carmen: La violencia de género entre jóvenes: Señales de alarma. Salamanca
-Gamba Susana: ¿Que es la perspectiva de género y los estudios de género?. Recuperado el 22/4/14. Disponible en http://www.mujeresenred.net/IMG/article_PDF/article_a1395.pdf
-Lagarde Marcela: Enemistad y sororidad: Hacia una nueva cultura feminista 
-VV/AA: Temario de Genero e igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Granada. Recuperado el 20/4/14. Disponible en http://www.granada.org/obj.nsf/in/FBOMMMP/$file/TemarioGrupos_C_y_%20D.pdf


3 comentarios:

  1. Muy buena y de gran utilidad ya que a diario nos encontramos teniendo que explicar estos términos a quienes ignoran o prefieren ignorar su verdadero significado.

    ResponderEliminar
  2. En sinfonía en lineas generales, sin embargo, no estoy de acuerdo que prime el derecho al aborto a un costo de perder la vida de un tercero. Por qué tendría que prevalecer mi derecho como mujer ( no quiero se madre) a costa de la vida de un inocente que no puede hacer prevalecer su derecho a la vida.... un NO rotundo al aborto.....

    ResponderEliminar
  3. Que pasa feministas? Les jode dar la cara y asumirse como son que se tienen que esconder sus intenciones perversas excusando que son otro grupo. "No son feministas quienes X cosa mala son Y grupo" Siempre la misma evasiva. Pero convenientemente ustedes que se supone que son "moderadas" e "igualitarias" apoyan las leyes injustas hacia el hombre.

    ResponderEliminar