miércoles, 14 de mayo de 2014

Ecofeminismo indígena latinoamericano

Como continuación de la entrada "Ecofeminismo una primera aproximación"  queremos seguir profundizando en esta línea, pero adentrándonos en el feminismo latinoamericano en una de sus vertientes de orígen indígena. Debemos entender al ecofeminismo latinoamericano como un producto diferente, con las características propias de nuestra región, y no como una mera trasposición de una doctrina generada en el norte, ya que cuando esta filosofía llego a nuestra tierra decididamente se vio influenciada por el contexto histórico y social de nuestra américa (Lamus Canavae, 2009: Lértora Mendoza, sin fecha). Entre las representantes de esta corriente se puede citar a Ecofeministas latinoamericanas como Ivonne Gebara en Brasil, Rosa Dominga Trapazo y el colectivo Talitha Cumi en Perú, Safina Newbery y el colectivo Urdimbre de Aquehua en Argentina, Mary Judith Ress en Chile, García Pujol y el colectivo caleidoscopio en Uruguay y Gladys Parentelli, Rosa Trujillo y el colectivo Gaia en Venezuela (Santana Cova, 2000).

La consiga “lo personal es político” que moviliza al feminismo desde las décadas de los ´60 y ´70, no solo impregna el ecofeminismo, sino que también, y en palabras de la autora Lamus Canavae:

Las feministas latinoamericanas (…) redefinen y amplían las nociones dominantes de lucha revolucionaria, al exigir también la revolución en la vida cotidiana, afirmando que una transformación social radical debe abarcar cambios no sólo en las relaciones de clase sino también en las del poder patriarcal, cuestionando con ello las formas autoritarias de hacer política, de la izquierda masculina.  (Lamus Canavae, 2009:6).

Es importante entender las características propias de este movimiento en Latinoamérica, que Celina Lértora Mendoza caracteriza como con un perfil propio, definido por  “la revaloración de las cosmovisiones autóctonas (antiguas) y el énfasis en la praxis deliberación”. En cuando a la primera de las dos características del ecofeminismo local, la autora enfatiza que: “la desacralización de la tierra, así como la marginación de sus sacerdotisas, produjeron un cambio en la percepción de la naturaleza, y un modelo de acción de tipo depredatorio y explotador”.

La situación de abundancia de recursos naturales en los países latinoamericanos han sido utilizados de manera estratégica por los países industrializados, trayendo como resultados la “deforestación, degradación de los suelos, contaminación del aire, tierra y aguas, pobreza, desempleo y subempleo” (Santana Cova, 2000:37-38) etcétera. Las consecuencias de este aprovechamiento desmedido que se traduce en explotación. Fue la reacción de los y las ambientalistas y los movimientos sociales de mujeres (Santana Cova, 2000), y la particularidad de estos últimos es que ha constituido un espacio de acción política sui generis para las mujeres, que además “ha planteado nuevos espacios en lo privado, lo doméstico y lo comunitario, y formas alternativas con contenido político, muchas de las cuales tienen un carácter subversivo ante las prácticas tradicionales“ (Lamus Canavae, 2009:7).

Las luchas indígenas han sido protagonistas en las contiendas medioambientales en América Latina, muchas veces como parte de su demanda por la autonomía (Svampa, 2010). Y las mujeres han sido particularmente activas y críticas al respecto, tal como lo señala Francesca Gargallo (2014) en relación con su participación en la Cumbre de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en Cochabamba en 2010, de donde surge el Pronunciamiento del feminismo comunitario:

Las Feministas Comunitarias denunciaron la reducción de la Naturaleza a su función reproductora y el intento falsamente indigenista de coaligar a la Madre Tierra en una relación monógama y heterosexual con el Padre Cosmos. Radicalizaron su feminismo comunitario desde una perspectiva ecofeminista y su ecofeminismo desde una lectura de la economía del cuerpo y la tierra, postulando la absoluta no-propiedad de ambos: como Pachamama la tierra no puede pertenecer ni a un conjunto de personas que se dicen comunidad, sino que la comunidad existe en cuanto está y comparte su ser con la Pachamama (Gargallo, 2014:186).

Aunque dicho pronunciamiento es contundente respecto del aprovechamiento de los recursos naturales en pos de un desarrollo del cual nunca son beneficiarias, es común que sean las mujeres las protagonistas de revueltas y protestas en relación con la cuestión medioambiental .Como ejemplos citados por la autora, se pueden presentar: “Las mujeres purépecha del Municipio Autónomo de Cherán, que en abril de 2011 encabezaron la revuelta contra los talamontes que acosaban su comunidad, agrediendo sus bosques y amenazando la pureza de sus aguas (…) Asimismo, las mujeres zapotecas de Teitipac, en los Valles Centrales de Oaxaca, cuando en febrero de 2013, junto con los hombres de su comunidad, decidieron en Asamblea General expulsar a la compañía minera Plata Real, (…) por la contaminación generada en sus mantos freáticos durante los trabajos de exploración en su territorio, me insistieron que no puede haber libertad para ellas si el agua está contaminada para sus hijos. Las inmensas torres de los molinos de viento de las compañías eólicas transnacionales, también han despertado el enojo de las mujeres zapotecas“ (Gargallo, 2014:12-13).

Innumerables denuncias existen sobre la violencia de Estado que ejercen los países sobre sus poblaciones originarias cuando: “defienden el agua, el aire, la tierra, el subsuelo como elementos sagrados de la vida” adquiere relevancia la categoría de “territorio cuerpo-tierra" según la cual ”resulta evidente que defender un territorio ancestral de la minería sin defender a las mujeres de la violencia sexual es una incoherencia” (Gargallo, 2014:13). En la misma línea, se entiende que la lucha ambiental de las mujeres está ligada también a una crítica a la división sexual del trabajo que jerarquiza las relaciones en base al género:

Este punto es fundamental si consideramos que muchas veces en los discursos sobre el buen vivir, en un esencialismo cultural, se termina atribuyendo a las mujeres indígenas el papel de guar¬dianas de su cultura, vistiendo traje tradicional, mientras que los hombres occidentalizan su aspecto para migrar a las ciudades. Esto sin que paralelamente se asuma el compromiso político de criticar todo aquello que al interior de las culturas produce des¬igualdades de género. (Aguinaga et al, 2012:68)

El ecofeminismo latinoamericano se ve influenciado fuertemente por la cosmovisión holista indígena que logra interconectar a todos los seres con la Naturaleza (como entidad) en donde cada uno tiene un rol y un papel concreto que jugar y que resulta clave para entender el reclamo por el equilibrio ambiental (Santana Cova, 2000).

Las ideas de buena vida para las mujeres pensadas en las comunidades indígenas actuales, que son presentes y modernas, incluyen las ideas de economía comunitaria, solidaridad femenina, territorio cuerpo, trabajo de reproducción colectivo y antimilitarismo. Se sostienen en la resistencia a la privatización de la tierra y desembocan en la crítica a la asimilación de la cultura patriarcal de las repúblicas latinoamericanas y sus leyes, centradas en la defensa del individuo y su derecho a la propiedad privada. Así confrontan lo que subyace en el capitalismo monopólico hegemónico, eso es, la difusión ideológica de que el capitalismo se impondrá en cada rincón del mundo, apropiándose de todas las tierras comunales e imponiendo una única economía salarial del trabajo (Gargallo, 2014:25).

Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino

Bibliografía
  • Aguinaga, Margarita et al (2012) “Pensar desde el feminismo: Críticas y alternativas al desarrollo” en Lang, Miriam y Mokrani, Dunia (Comps.) Más allá del desarrollo, Quito, Ecuador, Fund. Rosa Luxemburgo / Abya Yala.
  • Gargallo, Francesca (2014) Feminismos desde Abya Yala. Ideas y proposiciones de las mujeres de 607 pueblos en nuestra américa. Editorial Corte y Confección, Ciudad de México. (Edición digital). 
  • Lamus Canavae, Doris “Localización geohistórica de los feminismos latinoamericanos” Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Vol. 8, Núm. 24, 2009. Universidad Bolivariana. Chile
  • Lértora Mendoza, Celina “Ecofeminismo latinoamericano”, en Biagini, Hugo y Roig, Arturo (Dirs.) Diccionario del Pensamiento Alternativo II disponible en http://www.cecies.org/articulo.asp?id=387 (recuperado el 15/12/2013).
  • Santana Cova, Nancy (2000) “El Ecofeminismo Latinoamericano. Las Mujeres y la Naturaleza como Símbolos” en Revista Cifra Nueva N° 11. Trujillo Venezuela: ULA –NURR- CDCHT. pp. 39-48. Disponible en http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/18839/2/articulo5.pdf (recuperado el 15/11/2013).
  • Santana Cova, Nancy (2005) Los movimientos ambientales en América Latina como respuesta sociopolítica al desarrollo global. Espacio Abierto [online], vol.14, n.4 [cited  2014-01-23], pp. 555-571.
  • Tardón Vigil, María (2011) “Ecofeminismo. Una reivindicación de la mujer y la naturaleza” El Futuro del Pasado: revista electrónica de historia, Nº. 2, 2011 (Ejemplar dedicado a: Razón, Utopía y Sociedad), págs. 533-54.

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