En la entrada anterior sobre el “Manifiesto de Séneca Falls” presentamos la feminista que fue su ideóloga: Elisabeth Cady Stanton (1815-1902) y a su amiga inseparable Susan B. Anthony (1820-1906). En la presente entrada queremos ampliar un poco el conocimiento sobre estas dos precursoras del feminismo sufragista (y algo más) norteamericano. Ambas eran mujeres formadas, se conocieron en 1851 y se hicieron amigas inmediatamente.
Elisabeth Cady Stanton fue activista por los derechos de la mujer, y abolicionista de la esclavitud, inquietud que compartía con su esposo. Como fue una características de las sufragistas anglosajonas, sus demandas no se limitaban a los derechos políticos, sino que incluían la demanda por los derechos civiles: el divorcio, la patria potestad, derecho a la educación, derecho al trabajo y derecho a la propiedad privada. Super interesante es que Elizabeth conservara su apellido, ya que sabemos que las mujeres en países algosajonas, una vez que se casan, lo pierden para empezar a usar el de sus maridos, sin embargpo, el apellido del marido de Elizabeth era Stanton.
Susan B. Anthony fue líder del movimiento estadounidense de los derechos civiles y laborales, también compartía la lucha antiabolicionista inspirada por su padre, y además recorrió todo el país dando conferencias sobre el sufragio y los derechos de las mujeres. Fue una intensa activista por la apertura de las universidades al estudiantado femenino. Ambas pensaron el derecho al voto como el instrumento que les permitiría acceder a los demás derechos: a partir de conseguirlo, podrían tener voz en los recintos donde se decidían los derechos y obligaciones de la ciudadanía. Ellas tenían bien en claro que las leyes estaban ausentes en relación con sus derechos, pero estaban presentes para disciplinarlas.
Susan B. Anthony fue líder del movimiento estadounidense de los derechos civiles y laborales, también compartía la lucha antiabolicionista inspirada por su padre, y además recorrió todo el país dando conferencias sobre el sufragio y los derechos de las mujeres. Fue una intensa activista por la apertura de las universidades al estudiantado femenino. Ambas pensaron el derecho al voto como el instrumento que les permitiría acceder a los demás derechos: a partir de conseguirlo, podrían tener voz en los recintos donde se decidían los derechos y obligaciones de la ciudadanía. Ellas tenían bien en claro que las leyes estaban ausentes en relación con sus derechos, pero estaban presentes para disciplinarlas.
Queremos resaltar un episodio de la vida de Susan. Ella se presenta a votar en Rochester, Nueva York, en 1972. Una semana más tarde, fue arrestada (junto con otras 16 mujeres) y condenadas a pagar una multa de u$s100, a la cual se negó rotundamente. Este caso le dió mucha visibilidad a la causa, lo cual aprovechó para poner en agenda el tema del sufragio femenino. Transcribimos parte de su alegato que no tiene desperdicio:
- Sí, Su Señoría, pero las leyes han sido todas hechas por los hombres, interpretadas por los hombres, administradas por los hombres, en favor de los hombres y en contra de las mujeres; por consiguiente, Su Señoría ha ordenado veredicto de culpabilidad en contra de una ciudadana de los Estados Unidos porque ha ejercido el derecho de "todo ciudadano" al voto, simplemente porque es una mujer y no un varón. Igual que los esclavos consiguieron su libertad así las mujeres tienen que conseguir su derecho a tener voz en este gobierno.... Yo he tomado el mío y lo seguiré haciendo en todas las oportunidades que me sean posibles....
Más adelante cuando el juez la condenó a pagar la multa de 100 dólares, además del pago de los costos, Susan replicó:
... Su Señoría, nunca pagaré un dólar de su injusta sentencia. Todo cuanto tengo son deudas por valor de diez mil dólares en las que incurrí al publicar mi periódico La Revolución hace cuatro años, con el sólo objeto de educar a las mujeres precisamente a hacer lo que yo he hecho: rebelarme en contra de leyes injustas y no constitucionales, hechas por el hombre que nos imponen multas, impuestos, nos encierran y cuelgan, mientras que ellos nos niegan el derecho de representación en el gobierno. Y yo haré cuanto pueda por pagar cada dólar de unas deudas honradas, pero ni un centavo irá destinado a pagar tan injusta sentencia. Y continuaré encarecida y persistentemente la lucha, urgiendo a todas las mujeres que sigan el viejo refrán revolucionario: "Resistencia a la tiranía es la obediencia a Dios."(1)
Como nota colorida, podemos agregar que incluso cuestionaban la moda de la época, ya que impedía a las mujeres la libertad de movimientos. Así, por ejemplo, ambas dirigieron una campaña contra las restricciones físicas que la moda femenina imponía a las mujeres, promoviendo el uso de pantalones bombachos y faldas amplias. Sí que eran unas adelantadas!
En 1870, la 15ta. enmienda a la constitución norteamericana permite el voto a los afroamericanos varones. Ambas protestan: una vez más las mujeres, blancas y negras, son ignoradas en sus reclamos. El movimiento abolicionista no acompañó este reclamo, y el feminismo quedó solo. Ambas crearon la Asociación Nacional por el Sufragio de la Mujer en 1890 primera asociación del feminismo radical americano, independiente de los partidos políticos y de los movimientos de reforma, para conseguir la universalización real del sufragio. El voto femenino se convirtió en una realidad en Estados Unidos en el año 1920. Ambas murieron antes de verlo hecho realidad.
Por último, tomamos nota de lo siguiente: Elizabeth participó en el análisis de desigualdad entre los sexos a nivel bíblico, y comenzaron a elaborar la "Biblia de las Mujeres”, un proyecto que consistió en el estudio crítico, desde una perspectiva feminista, de los pasajes bíblicos donde aparecen las mujeres. Aun hoy este proyecto sería de utilidad al feminismo contemporáneo ¿Uds. qué creen?
Por último, tomamos nota de lo siguiente: Elizabeth participó en el análisis de desigualdad entre los sexos a nivel bíblico, y comenzaron a elaborar la "Biblia de las Mujeres”, un proyecto que consistió en el estudio crítico, desde una perspectiva feminista, de los pasajes bíblicos donde aparecen las mujeres. Aun hoy este proyecto sería de utilidad al feminismo contemporáneo ¿Uds. qué creen?
Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino
Fuentes:(1) FERNÁNDEZ COUTO, Josefina: "Las otras feministas”